¿Qué es más importante, ganar o vencer? ¿Quedar por encima del resto o estar contento con uno mismo ? Hoy me he sentido ganador a pesar de acabar en cuarta posición y he vuelto a saborear la quintaesencia del verdadero atletismo.
He disputado una carrera de 5 kilómetros por los Pinares de Venecia y a falta de 1 kilómetro para llegar a la meta y en dura riña por el tercer puesto, he derrapado y caído al suelo en una curva muy cerrada. Los tres corredores que iban a mi par han parado de inmediato para preocuparse por mi estado. Qué grande es el deporte cuando se busca la victoria en igualdad de condiciones. Qué maravillosa experiencia la de pelear con deportistas que brillan más cuanto más enconada y auténtica resulta la pelea por vencer. Quedé cuarto. Es lo de menos. Tenía ganas de llegar a la meta y poder reverenciar el gesto de estos tres grandes personas, El atletismo tiene mucho de Compañeros de Trinchera, de esforzados gladiadores que se unen para derrotar a la fatiga.
Erosiones en nudillos y palma de las manos así como luxación de dedo menique: chapa y pintura, nada más. Me he visto muy raro cuando me han atendido dentro de la ambulancia de la Cruz Roja, era la primera vez que la pisaba en una carrera. Hace dos semanas me encontraba en la meta de la Maratón de Zaragoza asistiendo a los corredores. Como todo en la vida: muchas veces toca dar y en algunas recibir.
Os dejo la clasificación, en ella aparecen los tres samaritanos que, por deducción, me socorrieron. Para mí, han entrado ya en la categoría de atletas. Aquí va mi reconocimiento a Xabier Arteaga, Hector López y Carlos Salvatierra. Mis héroes de hoy.
Os dejo además un vídeo. El de un atleta, Ivan Fernández, que tuvo una ocasión propicia para ganar a un atleta africano de postín en el prestigioso Cross de Burlada y prefirió indicarle que se equivocaba de arco de meta y secundarle tras él.
El atletismo es esto: la superación personal y el compañerismo. Lo demás son números, putos números.
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