Ya en un anterior post llamado Pacto entre Caballeros hablé de la importancia de las buenas artes en las carreras. En esto que llamamos Atletismo la objetividad que proporciona el espacio y el tiempo sumado a la igualdad de condiciones (especialmente dañino es el dopaje y las trampas en general que hacen tanta mella en la opinión pública) hacen de este deporte algo sublime.
Voy a hablar con brevedad de ciertas actitudes en las competiciones que hay que preservar, maneras de proceder que hay que reprobar y muchas otras situaciones que dependen de la buena educación que traigamos de casa y del sentido común que, a veces, es el menos común de los sentidos.
Camiseta de la carrera
En mi opinión, utilizar la camiseta que nos proporciona la organización en la propia carrera no es un acierto. La calidad de la misma es casi siempre cuestionable y puede ser motivo de rozaduras. La talla no siempre coincidente con la nuestra( siempre se acaban las M y nos toca la XXL). Otro motivo sería el disgustarme soberanamente el pertenecer a un rebaño. Es maravilloso pertenecer a un numeroso grupo de personas que se esfuerzan por una misma meta en un mismo momento, pero la singularidad de cada uno de los participantes es algo que para mi prima sobre el resto de cuestiones. El otro día vi, en una camiseta un texto que me hizo pensar: » La meta soy yo«.
Correr sin dorsal
Aquí hay muchas discrepancias. Soy el primero que ha acompañado a algún amigo en los kilómetros finales al terminar mi carrera. Evidentemente mi amigo no optaba a ningún tipo de premio y era sólo un apoyo moral y en ningún caso utilizaba el avituallamiento que tanto cuesta a las organizaciones y que ningún precio de inscripción paga. Son muchos los servicios intangibles que se derivan de la organización de un evento deportivo y que van más allá del botellín de agua y la camiseta: protección civil, cruz roja, policía local, cambios en el trazado de los autobuses, y un largo etcétera). Correr sin dorsal es como participar en una fiesta a la que no has querido invitarte. Correr es gratis, participar en carreras es otra cosa: es tener las calles de tu ciudad a tus pies y sin coches, con el gran aliciente de hacerlo junto a amigos y otros tantos que lo son mientras dure la competencia y, de alguna manera, pasan a ser compañeros de trinchera.
Correr sin dorsal y molestando a los demás corredores ( corriendo en zig-zag o cruzándose) además de una temeridad es una falta de consideración con los corredores que han pagado una inscripción y están bastante más fatigados que el que se mete a mitad de carrera.
Usar el dorsal de otro
Fenómeno muy habitual en los últimos tiempos en los que la demanda supera la oferta de plazas. Las calles estrechas no son capaces de subsumir a los miles de corredores que en los metros iniciales pueden provocar caídas involuntarias.
Lesiones de última hora y amigos despistados que pensaron que inscribían a última hora. Cóctel de circunstancias que sumadas a la crisis económica y al precio de las carreras hacen que participar en carreras sea, para algunos, un artículo de lujo. Pero, insisto, correr es gratis.
Supuesto especial el del corredor que necesita marca mínima para asegurarse participación en Maratones de renombre y acude a un amigo para que le haga la mínima con su chip y así aparecer en el listado ( no quiero dar más ideas de las que teníais antes de empezar este post).
Como organizador de carreras que soy, un rotundo NO a todas estas actividades, salvo que elreglamento tenga previsto las eventualidades de lesión en un periodo razonable. Dura lex sed lex como dirían los antiguos.
Avanzar dando empujones
De sentido común, pero pensemos en la fatiga de los compañeros de idem, en su falta de reflejos.
Correr con mascota
Nuestros queridos animales son precisamente eso: animales. La racionalidad la pone el dueño que quiere que los demás participantes no se enganchen con una correa o les achiquen los espacios como hace el más pegajoso defensa de fútbol que podamos imaginar.
Usar auriculares
Utilizo siempre que entreno en solitario los cascos. En competición nunca. Me parece vital estar conectado con las circunstancias de carrera: público, agentes de seguridad u otros corredores. La información sonora es vital y ayuda a avanzar. Oír el propio cuerpo también, sin distorsiones provocadas por la canción de turno.
Junto a un compañero
¡Qué buena es esta manera de competir! Más satisfacciones he tenido ayudando a amigos a mejorar sus registros que por victorias personales. La posibilidad de sentirse útil en nuestro hobbie es impagable.
Miradas de complicidad, no hablarle demasiado porque puede agobiar, pasarle el agua, frases acertadas en los momentos más dificultosos, y un largo etcétera…
Abalanzarte a por el agua
En la mesa y en el juego se distingue al caballero, eso me decían de pequeño. Intentar posicionarse correctamente, es decir, anticipación y tranquilidad en los movimientos. No tenemos intermitentes ni espejo retrovisor, evitemos las colisiones.
Hablar sin parar
Buen método para amedrentar a los agotados contrincantes que no pueden ni hablarle al cuello de la camisa pero las largas conversaciones las debemos dejar para los trotes tranquilos del domingo. Podríamos provocarnos el temido flato.
Escupir o sonarte
Materia controvertida. Soy de la opinión de que una competición es lo más parecido a la supervivencia y por lo tanto las vías respiratorias tienen que estar totalmente liberadas de obstáculos. Calcular la dirección del viento, la colocación de nuestros acompañantes y la potencia del lanzamiento son básicos para que no nos retiren el saludo al finalizar la carrera. Los escupitajos excesivos son un problema si esto hace que la boca se reseque. Nada recomendables.
Pararte a descansar
Ojalá no pase, pero si sucede echar la vista atrás y apartarse a un lado de la calzada para que no seamos atropellados por el resto de corredores. No corremos solos.
Burlarte de otros
De tarjeta roja. Nunca, nunca, nunca. Todos sufrimos a tope, los últimos y los primeros. El mérito es idéntico.
Obstaculizar en la meta
Como en todos los aspectos de la vida, la Campana de Gauss se impone en las carreras. En torno a 55 minutos en el 10k, 1.50 en la media y 3.45 en la maratón, los corredores entran en tropel por la línea de meta formando a veces tapones. Evacuar la zona de meta con diligencia.
Un amigo te marca el ritmo
¿Eres de esos que tienen la suerte de ser llevados hasta la meta de manera homogénea? Aprovecha el viaje e iros pensando en devolver el favor en el futuro a otro familiar o amigo.
Compartir el agua, atajar
Un detalle excelente es el de coger agua para mi y para el participante que está contiguo (previo aviso), así será uno menos a abastecer. De esta manera hacemos que el grupo se mantenga más cohesionado después del trasiego que siempre supone un avituallamiento y, además, ganamos un fiel compañero para siguientes vicisitudes de carrera.
De tarjeta roja directa el caso del «recortador». No hablamos de toros sino del especímen que le gusta saltarse las reglas y ser más listo que todos. A la mínima se sube a las aceras, va por el camino más corto saliéndose del recorrido, en fin, un despropósito. Ya lo decían de hace mucho: el fin no justifica los medios.
En definitiva, muchos pequeños detalles que hacen de la competición un lugar especialmente agradable para pasar un domingo. En vuestras manos lo dejo.
Completamente de acuerdo en todo.
Solo añadiría que hay que intentar ensuciar lo menos posible. Evitar tirar botellas u otros desperdicios al suelo. Casi nadie se juega unos segundos tan preciosos que impidan que puedas tirar la botella vacía a la próxima papelera. Tenemos que hacerlo para evitar caídas de compañeros y por la imagen que damos. Hay que pensar también en el paseante o conductor del domingo que sufren las molestias de tener calles cortadas para que corran un@s ti@s que ponen el suelo perdido de basura.
Buen post. Lo compartí en https://www.facebook.com/Fairplayeneldeporteyenlavida
Sinceramente es una pena tener que hacer mencion del sentido comun a estas alturas, pero por desgracia necesario en el día a día, por cierto, lo de los mocos lo has bordado…
Sólo he corrido 3 carreras y me ha llamado la atención que todos sin excepción tiramos los envases de agua (generalmente medio llenos) al suelo o a los setos o medianas de las calles.
Yo no estoy acostumbrado a tirar cosas al suelo y sin embargo en esas ocasiones lo he hecho