Dos años consecutivos en los que Zaragoza acoge los Campeonatos de España de Atletismo en categorías veteranas. Mi tío Manuel, profesor de Educación Física jubilado, siempre ha sido muy deportista. Eso ya lo sabía yo desde pequeño. Las ocasiones de vernos han sido escasas y gracias a estos campeonatos hemos podido compartir nuestro deporte mucho más que cuando vivíamos en la misma ciudad.
Manuel Barrado Pérez tiene 73 años y es el primo de mi madre. Le he visto más en forma que con 72. Suena a tópico, pero cada año está más joven. La carrera del sábado (los 400 metros) le dejó contrariado. La calle 4 no parece la más propicia por culpa del peralte y se tuvo que conformar con el Subcampeonato de España. Estaba inconformista como buen atleta, porque, a sus años, sigue aspirando a la excelencia. Acudía con una marca de 1.18, pero sólo pudo finalizar en 1.22. Su mujer, Manoli, desde la grada le espetaba por el apellido: » Venga, Barrado».
Me decía, con buen criterio, que hay muchos Manolos corredores, pero sólo un Barrado. Porque para mi tío esto de correr es algo muy serio y cuando pisa el tartán el grado de concentración es máximo.
En los Campeonatos se ve atletismo del bueno. Todos dan su mejor versión. Es admirable la determinación de sus caras, el cuidado de los pequeños detalles. Los cariñosos saludos al finalizar las carreras.
Nos despedimos el sábado y le «pedí» los 36 segundos en el 200 del día siguiente. Me sonreía pensando quizá que subestimaba su estado de forma, ¡Cómo son los atletas de inconformistas!
Al día siguiente, la prueba de los 200 metros. Acreditaba 33 segundos, pero la pista de 180 metros tiene curvas muy cerradas. De nuevo la calle 4. De nuevo subcampeón de España alcanzando un respetable crono de 35 segundos.
Me dice que era el último año que participaba en el 200 y que el año que viene se pasa al 400 y al 800. Me dijo que hacía 2.53 en el 800. Me lo creo. De mi tio-abuelo me lo creo todo. Sus ojos y su vitalidad no mienten. No tiene edad para eso.
Nunca lo supe. No tan de cerca. Siempre corrí sin saber que mi ADN tiene los suyos. Siempre aspiré a llegar a edades avanzadas ( nunca viejas) practicando mi deporte favorito. Tengo el ejemplo en un familiar muy directo. ¡Y yo que vivía sin saberlo!
La importancia del ejemplo es innegable. Gracias Manuel Barrado Pérez. Lo que haces es espectacular.