Genética y algo más…

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid voy a hablaros hoy de un tema trascendental: la intención que aplicamos a las cosas, el entusiasmo.

Como sabréis, y sino os lo digo ahora mismo, mi hermano Pablo, el pequeño (le llevo 14 años de ventaja), bajó de las 3 horas en maratón el pasado 19 de abril del 2015.

Fue en Manchester y no en Valencia como a él le hubiera gustado. No fue junto a mi sino en solitario y eso, a la postre, le ha dado mayor significado al hecho de romper esta codiciada barrera.

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Hablaba del Pisuerga y de Valladolid en cuanto a que, en el caso que nos ocupa, conozco bastante a mi hermano y sé positivamente de sus carencias y sus virtudes como corredor. Sé de su entusiasmo.

El título del post habla de genética, y por descontado, los Romero no somos genéticamente unos portentos en esto del correr.

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Manchester, 19 de abril de 2015

 

Con sólo genética no se consiguen las cosas y menos en asuntos tan de largo aliento como el maratón.

Ya de más pequeño, Pablo presenció mi primer sub-3, el 2 de febrero de 1997, ¡quién me hubiera dicho que con los años él mismo iba a realizar el mismo logro!

Su gesto entrando en meta no es casual. Levantar el puño (a lo Black Power de las olimpiadas de México 68) como gesto de rabia y de satisfacción por el trabajo bien ejecutado. El ha querido honrar de esta manera a su hermano mayor.

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Valencia, 2 de febrero de 1997

Supongo que, con buena lógica, pensó que si yo lo hice él también podría hacerlo.

Y empezó a entrenar con esa idea. Predominaba el voluntarismo, las ganas de. Y brillaban por su ausencia el método, la planificación, la constancia.

Debuta en el 2008 en 3.18. Esperanzador comienzo para una persona que dedica poco tiempo a esto de correr. ¿Quién le metió el veneno en el cuerpo? Puedo jurar que no fui yo porque lo tengo muy experimentado: a las personas cercanas no hay que insistirles, son ellos los que ven el ejemplo de manera muy cercana y natural. Si les da por ahí, ya vendrán a preguntar, a sacarte la información y la experiencia. Y Pablo, muy observador siempre, no dejaba de mirarse en el espejo de un hermano mayor.

Pasaron los años y vinieron los tortazos, a veces olímpicos, en las que mi cuñado Miguel Robles, montado en bici, presenciaba los descalabros de los últimos kilómetros. Pensó que debutando en 3.18, bajar de 3.00 era un juego de niños. Y no lo es.

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Maratón de Valencia, noviembre 2014

Seguro que ya desde el 2010 empieza a rondarle por la cabeza la posibilidad cada vez más real de bajar de las 3 horas. Tenía ansia, prisa, pero no hacía los deberes del todo. Era un «alumno» aplicado a rachas. De los que estudia mucho la noche anterior pero no tanto durante el curso escolar.

Después de cuatro intentos (Del 2010 al 2014) en los que realiza 3.20, 3.02, 3.17 y 3.03, se planta en Manchester con todas las dudas del mundo mundial porque el poplíteo le ha dado guerra justo cuando sólo quedan tres semanas. Le insisto en un masaje y le «obligo» a renunciar a la última tirada larga. También, cuando bajé de las tres horas en 1997, tuve un problema de rodilla en las semanas previas y también corrí con muchas prevenciones. Se ve que los Romeros consiguen las cosas a pesar de los inconvenientes. Porque la vida es lo que nos vaya dictando nuestro entusiasmo. Y en eso, querido hermano pequeño, vas sobrado.

 

en carrera

En el kilómetro 19.

 

Hoy en día, en el que a la sociedad le falta impregnarse más de la cultura del esfuerzo, viene bien hablar del mérito y no tanto de la capacidad. Porque la meritocracia debiera imperar. Sólo hace falta determinar con precisión qué es un mérito. Y en el Pisuerga y en Valladolid el mérito es tener entusiasmo, es buscar las cosas con ahínco. La perseverancia, la constancia, el picar un día y otro sin tregua. Los réditos muchas veces permanecen ocultos por un tiempo. Hay que arrimar el hombro, tener fe. La vida es esto. Gracias Brother !

puño en alto

Congrats !

7 comentarios en “Genética y algo más…

  1. Hola Juan,

    una pregunta curiosa sobre la genética, ¿en una misma familia puede haber un individuo con genética excepcional y los demás con aptitudes «normales»? es decir ¿puede que yo esté diseñado para hacer una maratón, con mucho esfuerzo, en 4 horas y mi hermano por su genética hacerla, sin tanto esfuerzo, en 3 horas?

    Saludos y un gusto poder leerte
    Augusto

    • Hola Augusto

      Mi experiencia (somos 6 hermanos) es que participamos de cualidades físicas comunes. Si es verdad que cada uno las ha utilizado de maneras diversas, pero estoy convencido que por genética seríamos capaces de logros deportivos similares. Además de la genética importan: el gusto por la actividad en sí, el grado de compromiso, la actitud mental ante el esfuerzo y la sensación (muy personal) de si nos compensa sufrir tanto para «tan poco».
      Mi hermano pequeño (nos llevamos 14 años) ha conseguido cotas deportivas similares a las mías en cuanto ha aplicado los estímulos necesarios. No sería normal lo de tu hermano, salvo que haya una diferencia de peso muy significativa o uno de los dos esté mucho más dejado que el otro.

      Un saludo Augusto

      Juan

      • Muchas gracias por la respuesta Juan, fíjate que sí hay diferencia física entre nosotros el es un poco más alto y robusto que yo y tal como lo comentas el gusto, compromiso y esfuerzo es diferente entre ambos y eso ha dado resultados diferentes.
        Y hablando en términos de etnia, mucho se habla actualmente de la «hegemonía» de los africanos pero anteriormente habían corredores de muchos países que ganaban las grandes maratones y quizá sus rasgos físicos no son para nada parecidos a los africanos, por ejemplo en mi país (México) tuvimos muy buenos maratonistas en los 90’s y su físico es muy parecido al común de la población (antes del fanatismo por la coca cola y todos los alimentos procesados actuales no por nada somos líderes en diabetes infantil), ahora en las grandes maratones del país no aparecen mexicanos en el podio (salvo algunas excepciones), y el tiempo en que hacían el maraton los mexicanos de los 90’s es nada despreciable comparado con los tiempos actuales, ¿esto sería entonces una cuestión más de falta de entrenamiento y seguimiento de talentos? ¿o los extranjeros siempre han sido superiores pero no les interesaba competir?

        Saludos Juan

      • Hola Augusto
        La época de Arturo Barrios, de Dionicio Cerón,….y tantos otros. Los keniatas y etiopes todavía no habían eclosionado. Sería imposible determinar las circunstancias por las que eres el ganador en una carrera: ¿Por la ausencia de otros? ¿Por la poca cuantía económica del premio?

        Un saludo

        Juan

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