Las ampollas y rozaduras que nos provocamos al correr son un problema que se puede evitar en la mayoría de los casos. En verano aumenta la casuística por el aumento de la temperatura. Nos consolamos pensando que son asuntos de los que es imposible escaparse y que son mal menor del famoso e invevitable «pie de corredor».
¿Por qué se producen?
La civilización y el uso de calzado cerrado hace que el pie esté desprotegido del trasiego que supondría andar descalzo. La piel está muy poco “trabajada” y, en ese sentido, tierna.
Cuando corremos se mueve el pie dentro de la zapatilla y a su vez dentro del calcetín, es inevitable. Se multiplican por dos las causas de fricción. En cada impacto contra el suelo se produce un frenazo y eso genera, por física, y no precisamente cuántica, un aumento de temperatura por la suma de fricciones al correr.
Motivos a evitar:
- Inadecuada horma de la zapatilla para nuestro pie. Tanto por ser demasiado estrecho o por demasiado ancho. Importancia de probarse varias marcas antes de decantarse por una. Incluso dentro de una misma marca puede haber diferentes anchuras.
- Calcetín inadecuado. Necesitamos que tenga varias características. Que no sea de algodón. Que tengan tensión (elastán por ejemplo es una fibra elástica que se añade al calcetín) para que asi no se mueva. Que si tiene costuras sean planas. Que sean anatómicos (L-R como los auriculares). La consecuencia de una buena transpiración del calcetín será que se mantiene lo más seco posible incluso en verano. El grosor del calcetín incidirá más en el abrigo y confort del invierno que realmente en la capacidad de evitar rozaduras. La altura del calcetín será a gusto del consumidor. Mención aparte merecen los compresivos que o bien son con pie o bien sólo pantorrilleras.
- Inadecuada talla de zapatilla. Debiera de sobrar de 3 a 7 milímetros desde el final del dedo más largo (no siempre es el gordo) hasta la punta de la zapatilla en posición de pie, no sentando porque estará retraído y podrá llevarnos a engaño.
Además de una buena elección (de calcetines y de zapatillas) deberíamos hidratar el pie (no utilizar cremas demasiado grasientas). Hay en el mercado productos que preparan la piel para suavizar los efectos del excesivo calor. Una buena pedicura cada dos semanas. Adiós a las uñas excesivamente largas y a la falta de higiene en general.
Muy interesante Juan
A mi personalmente me han funcionado muy bien dos cosas para pruebas de larga duracion:
– Calcetines con dedos separados. Evitan las rozaduras entre ellos
– Compeed ampollas caso de tener algún problema previo a la carrera . Recientemente me hice una pequeña herida en la planta del pie en la playa a 5 días vista de una prueba de 100 km, Claro contratiempo. Una vez casi curada, no fue gran cosa, la piel estaba muy tierna y aun resentida. Con un compeed aguanto perfectamente.
Un fuerte abrazo.
Hola Luis
Muchas gracias por tu aportación. Quién mejor que tú, excelente ultrafondista, para saber cómo solventar los problemas con los pies.
Un abrazo
Juan