Estamos en la era de la imagen. Dicen que vale más que mil palabras y tanto las redes sociales como el instagram se encargan de rubricarlo. Sino tienes foto del domingo es como si no hubieras corrido.
¿Cuánto tiempo pasamos los lunes y los martes buscándonos en internet? ¿Por qué motivo las carreras no finalizan justo después de cruzar el umbral de nuestras casas tras unas horas fuera y continúan, días después, delante del ordenador?
Queremos aparecer en las carreras guapos, apuestos diría yo, con una musculatura definida y carnes repretadas, con un gesto resuelto, despreocupado y risueño. Nos imaginamos al Doríforo griego, al David de Miguel Angel, a la Venus de Milo, a Lara Croft o a Catwoman. Pero, seamos guapos o muy guapos (quien se considere feo que levante la mano), tenemos que sacarnos todavía más partido. Vivimos esclavos de nuestra autoimagen.
El gran Emil Zatopek dijo en su día que no tenía el suficiente talento para correr y sonreír a la vez.
¿Dónde se imparten clases de ortodoxia fotogénica? ¿Cual es la pose más adecuada al correr?
Quedaron atrás colores que no combinan, falditas a la cintura, mallas debajo de pantalones. Igual que antes de ir a una fiesta pasamos un buen rato dándonos retoques y ultimando el estilismo, así debiéramos prepararnos para las carreras porque los flashes nos están esperando. Nunca sabes de qué rincón puede salir el paparazzi que te haga un robado.
¿Hemos desarrollado un sexto sentido cuando competimos que nos hace detectar las cámaras de fotos o móviles en actitud amenazante? Incluso en los entrenamientos me acelero y me coloco si paso por lugares concurridos, con mayor motivo si es en una competición. Aprovecho mi vanidad para trabajar mi porte y salero ¿Máster acelerado de fotogenia a los corredores populares? ¿Dónde se imparte? Así como la luna ilumina porque se refleja en ella la luz del sol, así nosotros no debiéramos pedir a las fotos algo que no damos. Tenemos que empeñarnos en ser sol y no tan solo una luna que se ilumina radiante cada noche como por casualidad.
¿Por qué salimos en las fotos con los pies pegados al suelo? ¿Por qué la fase de vuelo es tan corta y parece que casi andamos? ¿Por qué la rodilla apenas se levanta? ¿Será que todo depende de la velocidad y nunca podremos aparentar o tenemos algo que hacer?
Y más allá del gesto, ¿Por qué nuestras caras no demuestran la determinación y el coraje que se presupone? ¿Por qué vamos sin atención por los recorridos atestados de personas dispuestas a disparar?
Cuando llega el verano sólo podemos protegernos detrás de un minúsculo bañador o bikini. También en las carreras nos quedamos expuestos a todo tipo de miradas indiscretas. Hagamos un esfuerzo en aumentar la frecuencia de zancada, en llevar los brazos con los codos en 90 grados, en no mirar al suelo, en no ir sentados, en empeñarnos en impulsar sobre todas las cosas,….. Yo quise ser igual a los atletas que veía en la televisión. Por un interés meramente estético modifiqué con paciencia las malas trazas con las que me desempeñaba en las carreras y que las fotos cruelmente atestiguaban.
Valoro mucho en mi vida la Belleza. Hagamos lo posible para que cuando corramos nos consideren bellos.
Juan siempre sale bien en las fotos. Doy fé!!
Gracias Walter, ¡Con qué buenos ojos me miras!
Un abrazo grande
Juan