Conviven dos tipos de atletismo. Por un lado el profesional, que está centrado en el aspecto objetivo del puesto y de la marca en tanto en cuanto me abre las puertas al profesionalismo y que se nutre de atletas federados y por otro el popular que se centra fundamentalmente en el concepto salud, en lo social (amigos y viajes) y en el reto de superarse a uno mismo.
El atletismo que vemos por televisión tiene aspectos menos saludables, rayando siempre lo razonable como todo lo que suponga excelencia deportiva. La satisfacción que experimentan los atletas de élite tiene una capacidad de enganche que si les preguntáramos a Toni Abadía o Carlos Mayo seguro que nos dirían que sobradamente les compensa y que disfrutan más de lo que sufren.
Dentro de la corriente mayoritaria que supone el atletismo popular y que son la inmensa mayoría de personas. Me encuentro a diario con corredores que, en un proceso totalmente lógico, llegan a un grado mayor de competitividad. También me pasó a mi: me recuerdo en el 2002 haciéndome el planteamiento de abandonar la competición y sólo salir a correr para que me diera el aire. Durante más de 2 años sin fallar un solo día rodé 90 minutos sin aspirar a más y sin necesitar ponerme un dorsal para demostrar nada a nadie. Pero un día me apunté a la maratón de San Sebastián y fue entonces, bajé 15 minutos mi marca (de 2.59 a 2.44), cuando cambié el chip y me lancé a la búsqueda de mi propios límites. Y hacer doble sesión al día es una manera estupenda de mejorar siempre y cuando se haga con cabeza.
Hablar de doble sesión de entrenamiento en un mismo día es tal vez CIENCIA FICCIÓN para un corredor popular. Hace ya encaje de bolillos para salir a correr tres días a la semana como para plantearse salir a correr dos veces en un día. En un corredor profesional, te puedes imaginar, es el pan nuestro de cada día pero a nosotros nos puede lesionar por sobreentrenamiento y esto se manifiesta claramente si no dormimos bien o si perdemos el apetito.
¿Cuando es interesante hacer doble sesión? Cuando preparo carreras largas en las que debo de correr con fatiga y en las que la acumulación de kilómetros está super justificado. También cuando estemos en periodo vacacional y tengamos las condiciones para descansar, por ejemplo echando la siesta. También cuando preparamos una maratón en verano y el excesivo calor hace que fraccionar el entreno sea la manera inteligente de sumar kilómetros sin fatigar en exceso al cuerpo.
¿Qué corredores pueden doblar? Los que entrenan mínimo 5 días a la semana. El entrenar con fatiga tiene muchas ventajas si se gestiona bien pero hay determinados objetivos (bien por ser competición de pocos kilómetros o bien por pretender únicamente finalizarla) que no merecen que te pongas en situación comprometida por doblar en un mismo día. Lo importante es que nos de paz si doblamos. Porque nuestra familia lo acepta y porque es conveniente.
¿Cómo hacer el doblaje? Interesa separar un mínimo de 6 horas las dos sesiones. Se puede hacer un trote por la mañana y unas series por la tarde, o bien dos trotes (en el caso de preparar maratón es una buena manera de hacer una tirada larga partida en dos).
Cuando doblamos aumentamos el volumen semanal de kilómetros y también lo hacemos cansados, un cansancio razonable. Has experimentado que cuando entrenas vuelves más descansado a casa que cuando saliste. Seguro que entenderás lo que te quiero decir.
Interesante artículo Juan, aunque como bien dices, el doblar es ciencia ficción para el común de los corredores, ahora llamados populares. Un saludo.
Hola Jorge:
He doblado 2 días a la semana para preparar la maratón de Zaragoza del 2 de abril y me siento algo fatigado. Espero que la supercompensación aparezca, la estoy esperando como si fuera una cita con la novia jajaja
Un abrazo. Juan