¿Para qué corro?

Hace años intenté responder a la pregunta del por qué corría. La formulaba en los orígenes de mi andadura como blogger y corredor con autoconciencia expansiva.

Hoy me detendré en otra pregunta que, pareciendo la misma, no lo es. Manifiesta un utilitarismo que en una primera instancia me sonaría obsceno e impropio pero que es clave para explicarnos la razón última (finalidad) de cualquier actividad humana.¿PARA QUÉ CORRO? es la nueva pregunta que me hago y que quería compartir con vosotros.

Hace pocos días, el martes 28 de marzo de 2017, lo volví a experimentar de nuevo. Me pasa varias veces cada temporada. Apareció como siempre aparece lo bueno: sin buscarlo. Me quedé tranquilamente instalado en el silencio del correr y en actitud de escucha vigilante: Corro para disfrutarte. Mientras corro siento que le estoy haciendo el amor a la vida. Besaba mi existencia navegando en la sensualidad de mis acompasados movimientos. Reunía, en perfecta armonía, mi esquiva razón, mi acostumbrada voluntad y mis amontonados afectos. Se solapaban los tres, les daba rienda suelta y les permitía por momentos prevalecer uno a la otra. Corro para amar.

Retrocedí en el tiempo y me quedé absorto como un niño. Un niño que no se avergonzaba al serlo en ese momento tan reservado al corazón. El que me exige a amar y que se desespera cuando no soy querido. Siendo niño ignoras la cara oculta del AMOR y observas la vida sin el contrapunto del dolor que conlleva su pérdida. Corro para ser niño y estar protegido del mundo.

Cuando corro crece mi autoestima, mi imagen potenciada de individuo que posee un para qué en la vida. Porque mi casa es mi cuerpo y en ella estoy a gusto. Tan a gusto que cada latido, cada gota de sudor, cada jadeo y cada zancada se me asemeja y mucho al amor de enamorados: la intimidad, el nunca te voy a fallar, el estoy ahogado sin tu amor. La inseguridad que se esfuma porque tú, mi correr, me das la paz que me falta tantas veces. Corro para sentirme fuerte y ligero.

Duele saber que siempre estaremos incompletos y solitarios en esta milicia que es la tierra. ¿Qué cojones hacer con nuestra conciencia enturbiada por nuestros torpes actos?  Corro para tener paz.
El amor es claridad. Es luz. Es esperanza. Es bondad. Gracias sean dadas a mis zancadas que son besos. Jamás me has hecho una promesa que no pudieras cumplir. Soy afortunado por hacerte el amor a diario, a cada rato que corro por tus caminos. Corro para tener fe y esperanza.

 

Aprender a ser hombre es una operación dolorosa porque todo lo bueno del hombre es hijo del sufrimiento. Corro para no sufrir gracias al dolor que me generas al correr. Quiero pensar que llevamos en nosotros, entre nuestras manos, el futuro de alguien. Y en esas estamos. Por un beso a solas, por una vida de sueños por cumplir a tu lado. Mis dedos tienen hambre de tu piel. Mis pies de tu caminar. Mis oídos añoran tu risa, mis ojos tu sonrisa. Corro para vivir en presente alejado de miedos y deseos.

¿La vida es juego? Si es así, daré por bueno el perder alguna vez. Corro para jugar y trivializar sobre mi existencia

Corro porque tengo una misión en mi vida: Tú, sólo Tú.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.