Hubo unos años en los que, de manera intuitiva, me fui dando cuenta de mis mayores defectos al correr. No tuve a nadie que externamente me alarmase de mis errores.
Lo sospechaba porque terminaba los trotes con dolor en la parte superior de la espalda. Iba tenso. Fui probando las mil y una maneras de intentar cambiar esa negativa dinámica. Al bajar las manos a la altura de las caderas mi zona cervical y dorsal de la espalda se relajaban. Los trotes eran por fin más gozosos después de una decisión importante de tocarme las caderas en cada «brazada».
4 palabras resumen la buena técnica de carrera: relajación, alineación, inclinación y elevación. Y otras son su consecuencia más inmediata: compactación, anticipación, tracción, amplitud y elasticidad.
Observo mucho a los corredores en el parque y me cuesta ver una utilización adecuada de los brazos al correr. Habitualmente son movimientos poco amplios e incluso rácanos. No se dan cuenta de la necesidad de emplearlos para estabilizar y potenciar sus zancadas.
Los brazos también corren, pero de manera tan relajada que flotan.
Gracias por el consejo Juan. Yo te permito y te agradezco por adelantado que, si me ves por el parque, me pares y me corrijas.
Gracias Miguel Angel
Párame, no te cortes jejeje
Un saludo
Juan
gracias por el consejo Juan. Ahora lo observare y lo pondre en practica. GRANDE JUAN
De acuerdo contigo. Cuando hice el curso de monitora de atletismo es algo que dieron impirtacia: el braceo cómodo de los péndulos.