Llevo años, lo sabéis, dando vueltas de tuerca a la manera más eficiente de transmitir los conceptos de una buena técnica de carrera. Me he impuesto la obligación de llegar a vosotros de la manera más intuitiva posible y hacerme entender.
Y en este sentido, la pregunta del millón es esta:
¿Cómo modificar de manera estable en el tiempo y desarraigar un «vicio postural» para sustituirlo por un nuevo movimiento más adecuado?
En el magnífico libro de Frédéric Brigaud «La carrera, postura, biomecánica y rendimiento» se compara el cambio postural al correr con el ponerse un anillo por primera vez:
¿Qué se siente cuando se estrena un anillo? Se siente su presencia porque produce tensiones y presiones raras…..no es natural ni es fisiológico, ni competente ni eficiente y requiere aprendizaje. La postura hace referencia a la parte variable. Aprender a mirar con otros ojos nuestros gestos repetitivos y de descubrir los movimientos que se unen en el movimiento general y que nos caracterizan.
Este libro es un compendio de frases lapidarias y que admiten poca discusión. Se nota que el autor no habla de oídas y es un excelente corredor.
Distingue entre músculos que nos permiten desplazarnos y otros que nos mantienen erguidos y les da a ambos la misma importancia porque intervienen todos al correr.
Llega a la conclusión de que un buen corredor, eficiente, tiene trabajados hasta la saciedad dos conceptos que tienen múltiples consecuencias prácticas: Elasticidad y compactación, Estas dos cualidades son fundamentales para correr más deprisa. Por un lado la capacidad de recuperar la forma como si de un muelle se tratase. Sería más elástico el que recuperase antes su tamaño inicial. En cuanto a la compactación, nos está hablando básicamente de evitar movimientos parásitos. Tenemos que adoptar una postura tónica, del apilamiento articular dinámico en las articulaciones de cadera, rodilla, tobillo y subastragalina.
Estar en la zona, sentir el flow: estar suficientemente activado, confiado en las posibilidades, completamente centrado en la tarea, sentir la ejecución fácil, sin esfuerzo, actuar automáticamente sin interferencias de pensamientos y emociones, divertirse con lo que se está haciendo y sentir control sobre el cuerpo y la mente… ¡TE LO COMPRO FRÉDÉRIC !
Este interesante libro nos habla de que la capacidad y forma de nuestro cuerpo serán la consecuencia de la utilización que hagamos de él, de su gestualidad reiterada. Que un movimiento sea posible no significa que respete la fisiología ni que sea eficaz. Ahí queda eso, ¡Cómo me gusta que me hagan pensar!
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¡Qué buen artículo!