Los parones más o menos largos en nuestro historial deportivo pueden ser más frecuentes de lo que imaginamos. Ya sean voluntarios (y tan necesarios) o forzados por una inoportuna lesión hay que aprender a gestionarlos para recomenzar a correr.
No es momento de las prisas. Nunca lo serán pero ahora con mayor motivo ¿Tenemos algo más de peso que cuando lo dejamos? ¿Nos falta fondo? ¿Nos falta ritmo?¿Nuestros músculos están entumecidos? No pienses que estás como hace meses o semanas. Descifra a diario tus sensaciones y aplica estímulos que no supongan agujetas ni pasos en falso. Las pre-temporadas son la base del edificio.
Si antes del parón teníamos una buena forma física enseguida la recuperaremos ¿Hemos realizado deporte alternativo (cruzado) mientras tanto? En cuanto comencemos de nuevo a entrenar conseguiremos que los músculos vuelvan a tener su tono habitual. Eso sí, sin desesperarnos ni ponernos una fecha límite y menos aún andar con prisas para recuperarnos cuanto antes. Es importante que seamos cautos y sepamos escuchar a nuestro cuerpo para saber hasta dónde podemos llegar sin hacernos daño.
Ten en cuenta que:
- La capacidad aeróbica puede disminuir entre un 5-10% en 3 semanas. Cuando corras de nuevo es normal que tengas más pulsaciones con el mismo esfuerzo.
- Para perder todos los progresos conseguidos durante tu periodo de entrenamiento es necesario que pasen al menos 2 meses. Estar más de dos meses parado es demasiado tiempo. A un corredor de más de 40 años le recomiendo que no pare en seco. El recomenzar es siempre más complejo para un corredor veterano.
- Si tu estado de forma era muy bueno, probablemente experimentarás un descenso rápido de tu rendimiento durante las primeras 3 semanas de inactividad.
- La memoria muscular permite recuperar rápidamente las ganancias obtenidas en el pasado incluso cuando han pasado meses desde la última vez que entrenaste.
CUATRO MEDIDAS CONCRETAS A TENER EN CUENTA:
1. En las primeras semanas tendrás que centrarte en los trotes fáciles. La calidad que hagamos no será estresante (sin asociar distancia y tiempo, funcionarán por separado), es momento de fartlecks sin reglas, con un componente lúdico importante.
2. Es momento de ser generosos con los masajes. Nuestro cuerpo es una maquinaria no engrasada y necesita pasar por boxes para que el «setup» sea el adecuado.
3. No competiría en las primeras semanas. Seguro que serán demasiado traumáticas, no conozco a nadie que con dorsal en el pecho sea capaz de ir despacio. No te creas inmune al efecto «imperdible» que nos afecta a todos.
4. No te piques en los entrenamientos. No es momento de bravuconadas. Ya sacarás pecho con los amigos cuando estés más afinado. Poder podrías, pero piensas en las dolorosas secuelas. Ten en cuenta que tanto el volumen como la intensidad hacen pupa. Ni trotes especialmente largos ni ritmos especialmente fuertes.
Estamos en la era de la inmediatez, la tecnología nos pone a la mano muchas soluciones que antaño eran cosa de más dedicación. En cuestiones de mejora deportiva y de atletismo no hay atajos. Siempre y para todo: paciencia, paciencia y más paciencia.
Como siempre Juan, gran consejo que los veteranos, entre los que ya me tengo que incluir, tenemos que tomar al pie de la letra.
Sirva de ejemplo mi parón de casi 6 meses por hernia L4-L5. Mucho nadar, mucho abdominal para fortalecer core y ahora ya corro con «soltura», pero sin forzar, que los años no perdonan y nunca he sido un corredor, solo he sido un trotador dominguero 🙂