Al amparo de esta pregunta quiero reflexionar, en voz alta, sobre la necesidad de hacer frente al arrollador pensamiento único. Hay que ser tan críticos como podamos en una sociedad globalizada y dirigida por interesados medios de comunicación que son los que generan opinión pública. Hoy en día, con la popularización de la carrera a pie, corremos el riesgo de dejarnos llevar y ser también hombres-masa.
Lo minoritario me genera la mayor de las simpatías y por eso, sin duda, me gusta este deporte. Rara vez ocupamos espacio en los espacios deportivos de los telediarios incluso ahora que somos muchos los practicantes. Será que no damos el suficiente espectáculo ni generamos ingresos como para que pueda ser amasado en pocas manos.
No me vale el camino fácil de los que se dejan llevar por la opinión pública, por lo políticamente correcto y por el mainstream de los lobbys de poder. No me vale lo legal alejado de ética y de principios morales, porque lo legal no tiene porqué necesariamente ser legítimo. Que algo esté permitido no le da carta de naturaleza para que debamos hacerlo. Ir contracorriente es la esencia del vivir. Estamos en unos años de un relativismo inquietante. Este blog se caracteriza por dar cancha al subjetivismo, a la manera personal y única de ver cada corredor sus zancadas. De recorrer continuamente el fabuloso viaje de la síntesis al análisis y también su dirección contraria.
En el correr hay reglas objetivas y universales que se han de respetar pero, en mayor medida, un sinfín de aspectos negociables e incluso personales en las que nadie ha de interferir: ¿Qué desayunar antes de una maratón? ¿Cuantos kilómetros semanales serán suficientes para acabarla con éxito? en definitiva: ¿Con qué mínimo de entrenamiento puedo conseguir el máximo de aprovechamiento? Que no te engañen, no hay respuestas unívocas. No hay nada especialmente excluyente. El pensamiento dicotómico ( la necesaria elección entre lo uno o lo otro) ha hecho mucho daño. Los entrenadores nos fijamos en las propias experiencias personales y en la intuición basada en la observación de comportamientos similares. No somos futurólogos aunque lo intentemos.
«Nadie es infalible o lo que es lo mismo: todos podemos errar. Pero eso no significa que todas las opiniones sean igualmente valiosas o que valga la pena escuchar a todos por igual. Tampoco quiere decir que no exista una verdad que deba ser descubierta. Ni que necesariamente estés en el error, como tampoco tienen por qué estarlo los demás»

No porque el perro vaya en primera posición va a ganar la carrera, desconoce lo que es un dorsal y sólo quiere jugar.
Pienso que por tener el título de entrenador no sé más que nadie. Guillermo de Ockam dijo que «La explicación más sencilla y completa es siempre la más probable» y para determinar lo sencillo y completo tenemos principalmente que FORMARNOS, que de información vamos sobrados e incluso saturados. Y nos formaremos si tomamos una actitud de escucha humilde. Nos manejamos con certezas pero LA VERDAD sólo la atraparemos cuando recorramos por nosotros mismos el camino que tenemos por delante. Disfrutemos del viaje.
Preciosa foto, no menos apropiado tu comentario sobre lo cierto y lo que realmente es.
No es que quiera hacerte la pelota, bueno si, pero demuestra sabiduría o al menos, que comparto la idea de «enseñar» con la que tienes tú.
Para enseñar/entrenar de forma eficiente, hay que adaptarse al pupilo. Si no, no se conseguirá nada. Es difícil conseguirlo cuando tienes enfrente un grupo numeroso.
Cuantos planes de entrenamiento «estándar» no habrán cuajado por no ser apropiados para un corredor.
Gracias Juan Carlos, no tengas miedo que, aunque halagador, sé positivamente que el halago me debilitaría y los corredores no podemos permitírnoslo el pensar que está todo conseguido. Sigo dándole al tarro para adaptarme lo más posible a todo tipo de corredor que pasa por mis manos. Sigo pensando que hay más cosas en común que diferencias entre ellos aunque tengan niveles dispares.
Un saludo
Juan Romero