Si me lees cada miércoles será que no albergas apenas dudas sobre la utilidad de correr. Serás seguramente un convencido defensor de las bondades de los kilómetros en nuestro organismo y sobre todo en nuestra mente.
Quizá hace poco tiempo que corres y te has subido a la ola, en la pleamar del movimiento runner…pero no siempre fue así. Ahora es más comprensible la manera que tengo desde hace 5 años de celebrar mi cumpleaños, dando el suficiente número de vueltas idénticas (31) de 1.485 metros en un parque de Zaragoza hasta completar el equivalente a mi edad en kilómetros. Hubo un tiempo en que seguramente hubiera generado algún comentario despectivo, pero hoy en día sería menos políticamente correcto decirlo.
Sigue siendo un asunto aparentemente inútil, cuando nuestro nivel deportivo está alejado de pasar a los anales del atletismo, el correr largas distancias. Qué necesidad de sufrir para nada. Los hombres somos seres que difícilmente nos moveríamos si no fuera por albergar una finalidad a nuestros actos. Ya sea en la utilización de nuestro tiempo libre, en la relación con nuestras amistades o en el interés que pongamos a todo. Cualquier aspecto de nuestra vida tiene una más o menos oculta utilidad y por tanto, lo que se hace sin motivo aparente, tan solo porque sí, genera adhesiones y simpatías. Las motivaciones últimas de todas nuestras acciones han de ser continuamente revisadas y puestas a la luz de la razón y del servicio a los demás. El beso sin recompensa, la sonrisa inmerecida, el consejo o la compañía no solicitada, el kilómetro anodino, el silencio buscado, la mirada amable hacia el que nos molesta…
Son de sobra conocidas las preguntas útiles que tenemos los humanos para funcionar: what, who, why, where, when, y How. Luego, otras que están en un estadio un poco superior: For What y For Who. Y por último, están las respuestas que no tienen pregunta aparente: el porque sí, el amor desinteresado y generoso.
¿Qué necesidad tendría de correr este verano, en el día de mi cumpleaños, los incómodos 46 kms? Es la pregunta de todos los julios, mes de Sanfermines y de Tour de Francia, que tiene para mí todo el sentido del mundo. Es mi alegato ante la DAÑINA necesidad de INMEDIATEZ que todo lo ensucia.
No quiero ser ejemplo de nada. A mi me sirve correrlos para descargar en mi Disco Duro todas las Actualizaciones que necesito para enfrentarme a otro año con renovadas ilusiones por lo que siempre permanece. Soy un afortunado por tener la salud necesaria para recorrer los kilómetros de cada verano. Crear buena suerte es preparar las circunstancias a la oportunidad. Eso es FE, lo más alejado a lo INMEDIATO.

Alberto, Nacho, Victor y José María a las 8 en punto de la mañana preparados para comenzar los 46 kms.

Unos se iban, otros llegaban. Iban pasando las vueltas lentamente conforme se iba calentando el día.

Llevando mochila es más fácil autoabastecerse de líquidos y de geles. En total 4 litros de agua y 4 geles.
¡¡Felicidades!! Por el cumpleaños, por tu manera de celebrar la vida, y de contárnoslo. ¿Por qué y para que sirve correr? Para sentir cosas que no se pueden explicar del todo con palabras… Por eso me gusta tanto esta tradición tuya de correr cada cumpleaños. Un abrazo
Hola Paula. Muchas gracias por escribirme. Un beso. Juan
Muchas felicidades Juan, y que puedas seguir celebrándolos como más te guste. Un abrazo.
Muchas gracias Jorge. Un fuerte abrazo.
Tú los ha dicho Juan. Una suerte poder calzarse las zapas y año tras año completar tu edad traducida en metros. Me gustaría acompañarte pero siempre se me complica la cosa.
El próximo cumple intentaré recorrer algún tramo con todos vosotros.
Un abrazo y AUPA.
Muchas gracias José Carlos. Un fuuerte abrazo y a ver si el año que viene nos vemos. Siempre será uno de los dos domingos (anterior o posterior) al 13 de Julio. Juan
Primero de todo MUCHAS FELICIDADES. Sigue haciendo años y kilometros porque eres muy GRANDE.
GRACIAS por tus consejos cada semana.
Bienen muy bien para poder ir mejor y disfrutar de lo que tanto nos gusta. CORRER
Larga vida, Juan