Hace exactamente una semana, Miércoles de Ceniza, quedé a entrenar con mi amigo Mariano. Estaba inquieto porque tocaban 2 x (6 x300 +1000) y las sensaciones de los últimos días vaticinaban un dolor extremo y no precisamente por el ayuno y abstinencia preceptivos.
Ya os he contado otras veces lo divertido de nuestras conversaciones. Cuando alguno de los dos no rinde al 100 % ya se encarga el otro de disculparlo rebuscando en el elenco de atenuantes que acumulamos en la recámara. Que si esa semana estoy achuchado en el trabajo, que si un constipado, que si una mala racha por escasas horas de sueño, que si todavía arrastro la paliza del entreno del otro día, que si no es mi día,… cualquier excusa vale para disculpar al amigo.
A todo esto, deciros que estamos preparando la maratón de Zaragoza del próximo 15 de abril. Y en Febrero toca picar piedra, sabemos cual catedráticos que no basta con desear mucho las cosas para que sucedan y que hay que tomar decisiones que aunque duelan son necesarias.
La preparación de una carrera, y más concretamente una maratón, se explica por el periodo de tiempo (de duración variable y alejada a la competición) en el que las sensaciones son horribles. Mariano me dijo solemne que eran las semanas de la fe en las que me tocaba creer a pesar de la oscuridad. No me hablaba de Cuaresmas sino, de esto estoy seguro, de estas dos últimas semanas en las que yo albergaba la desagradable sensación de estar pillándome el toro.
Intentaba llegar a un imaginario burladero pero mi preparación iba con retraso a pesar de estar poniendo toda la carne en el asador. El riesgo al sobreentrenamiento sobrevolaba omnipresente y debía estar atento a los síntomas que otras veces me lo habían manifestado.
Tengo la obligación de evaluar cada semana (microciclo), darle sentido en sí misma y en relación a las demás. Coherencia y planificación. Esta es la mía para el 15 de abril:
1.Climatología: no todas las semanas son benignas (olas polares, nevadas, viento,…. cosas del invierno) pero, eso sí, se entrena sin fallar. Al preparar una maratón de primavera la naturaleza es tu aliada, los días cada vez son más largos (bendita luz) y las temperaturas poco a poco suavizan. Y se agradece.
2. Objetivo y temporada anterior. El año pasado competí en 2.47 habiendo participado en enero en una 10k (35.10). Para este año el objetivo es hacer 2.44 y, de momento, el 36.47 en la misma 10k de enero no parecen un buen presagio. Voy con retraso. Tengo un año más (46 frente a 45) pero nunca lo utilizaré como coartada.
3. Sensaciones: ¿Concilio el sueño fácilmente, es reparador y sin interrupciones? ¿Asimilo los entrenamientos o la fatiga muscular me persigue día tras día? Mi apuesta este año es aumentar de 80 a 100 kilómetros semanales de media en las 16 semanas específicas previas a la Maratón. Las sensaciones no pueden ser iguales, he de cuidar todavía más el entrenamiento invisible (descanso, estiramientos y masajes).
4. ¿Tengo apetito? ¿Voy al baño con regularidad? ¿Mi peso es el adecuado? ¿Tomo algún suplemento? Al comienzo de la preparación específica (en mi caso el 25 de diciembre) empecé a tomar hierro (ferrosanol). Llevo peleando los 64 kilos desde hace dos meses, eso sí poco a poco para no quedarme sin la necesaria energía que necesito para desarrollar los entrenamientos (intensidad y volumen). Ahora 65 kilos. Después de cada entreno me comería un vaca.
5. ¿Es semana de masaje? Son masajes preventivos de descarga. Tomé la determinación de recibir masaje cada 2 semanas los lunes a las 4 de la tarde. Los últimos días de la segunda semana lo voy necesitando y los siguientes días al masaje tampoco son buenos porque se pierde el lógico tono muscular ganado con los entrenamientos.
6. ¿Hago pesas? He adquirido la rutina de dos sesiones semanales de unos 40 minutos cada una con ejercicios de acondicionamiento físico (barra de 20 kilos, 2 mancuernas de 4 kilos cada una y una esterilla) en mi casa. Suelo hacerlas coincidir con los días de trote fácil. Tengo en cuenta el Core y los isquiotibiales. El aumento de fuerza me garantiza una mejor postura y una técnica de carrera más fluida.
7. ¿Arrastro molestias? ¿Hago hincapié en mis grupos musculares conflictivos? Vengo de una lesión en octubre que me tuvo parado 5 semanas y que tuvo como causa una debilidad muscular del semimembranoso. Sesiones específicas de estiramientos.
8. ¿Es semana de carga o de descarga? No se puede pretender estar todas las semanas igual. Suele ser un vaivén la preparación maratoniana. Quedan 9 semanas hasta el maratón, de momento las 8 semanas que llevo de preparación específica arrojan estas cifras: 104, 68, 89, 102, 75, 117, 130 y 160. Una media de 105 semanales.¿Mucho o poco? ¿Serán suficientes? ¿Dónde está el equilibrio? El año pasado, en el mismo periodo de ocho semanas, entrené a razón de 80 kms/semanales de media.
Lo ideal se dice, es aumentar como máximo un 10 % el volumen semanal de una semana a otra. La subida de 130 a 160 kilómetros no cumple esta máxima y lo estoy notando. Al aumentar el volumen semanal de manera brusca la fatiga crónica aparece y las sensaciones son feas. El entrenamiento se polariza lógicamente más: cuando lento, muy lento y cuando rápido, rápido. Confío en que el riesgo de lesión (que ha aumentado) no derive finalmente en lesión. El que no arriesga no gana y lo que no mata te hace más fuerte. Ya he dicho antes que voy con retraso.
9. ¿Esta semana he tenido una competición intermedia y en qué medida ha afectado al volumen y a la intensidad? ¿Estaba muy cansado el martes posterior a la competición del domingo? Para hacer los 160 kms esta semana de carga me he visto obligado a doblar 5 días y no ha habido día de descanso (suerte que he podido hacer siesta cuatro días y estoy durmiendo de media 10 horas al día en total).
y 10. La preparación de un maratón es una sabia combinación entre PLAN e INTUICIÓN, arrojo y experiencia, riesgo calculado de sueños y de fronteras que debes cruzar. Son las semanas de la fe. Toca picar piedra y confiar en el trabajo de febrero que llevará, Dios lo quiera, al soñado y lejano mes de abril con los halagos por el éxito cosechado.
Me conformo, de momento y no es poco, con el paseo de este domingo. Después de una semana de 160 kms camino por la calle Alfonso comiendo frutos secos en este lánguido y anaranjado atardecer zaragozano, soy unas piernas leves y duras que transportan a una conciencia tranquila por el trabajo realizado. Corro únicamente para mi, tengo la suerte de no tener que demostrar nada a nadie. Si no sale bien por lo menos lo habré peleado, una vez más el camino está siendo la Meta.
Yo también estoy metida de lleno en la preparación de la maratón. Empecé relativamente hace poco (desde el roscón), vamos, que no es a tu nivel ni de casualidad. Y además hasta con dieta, que en mi caso el abuso de dulce era ya notorio. Y se nota, uy si se nota. Estoy asesorada, y la verdad que me lo estoy tomando en serio. Y es durísimo. Y sobre todo, rodar en solitario. No recordaba esta disciplina desde que entrenaba con el pelirrojo, porque desde entonces, no había entrenado «en serio». Estoy mejorando, pero hay días horrendos, que no salen. Ayer por ejemplo. El último bloque era incapaz de subir ritmo, y no hubo forma. Amo y odio a la maratón. Me fascina esa distancia, pero llegar bien y con un objetivo, es duro duro. Es cosa mía, nadie me lo exige, pero quiero intentarlo. Me había hecho al «monte», donde los ritmos pasan a un segundo plano (sobre todo cuando lo que te gusta es la larga distancia). Nos veremos en abril… Ánimo!!
Un fuerte abrazo Vanesa !!!!!
Hola Juan, no tiene idea lo util que fue este post para mi. Seria muy larga la explicacion y ademas le haria varias consultas. Aun asi me atrevo a hacerle solo una ( fue dificil elegir), los tiempos de 10k ( en mi caso casi igual este año y el pasado), dan un pronostico cierto sobre el ritmo y tiempo final para mis futuros 30k y Maraton? es decir 10k 40:00 , 42k en 3.12 ? me asusta…
saludos y gracias
Jorge
Me alegro mucho Jorge, intento responder, en función a mis experiencias vitales, a las cuestiones comunes de los corredores, ya sean lentos o rápidos.
En cuanto a la extrapolación de la marca de una 10k, es un dato a tener en cuenta pero nunca definitivo. Si la cuestión es la de la «seguridad jurídica» en conseguir el 3.12 nunca será tal. Ahí intervienen otros factores como son el entrenamiento específico, el ser la primera vez que te enfrentas a la distancia del maratón e incluso la trayectoria vital del corredor. El cálculo que me haría sería el siguiente: pasaré el 10k en 45 minutos,…¿seré capaz de hacer otros 30 kms a esa velocidad? La respuesta es que si, si haces los deberes en cuanto al volumen necesario en las últimas 16 semanas de preparación.
Un saludo y gracias de nuevo
Juan Romero