Relajación y visualización

El trofeo más antiguo que tengo en la estantería lo obtuve en la Semana Santa de 1984 y me recuerda que llevo casi 40 años compitiendo.

Tengo la sensación (me es imposible llevar la cuenta) de haber sobrepasado con creces el millar de carreras. He perdido, por tanto, el vértigo que sentía en las primeras. Ahora, en la línea de salida me rodeo de muchas caras inquietas y a menudo serias. Me veo a mí mismo con los nervios y ansiedades que tenía de más joven. Mi entrenador me decía que llegaba cansado a la competición (recuerdo perfectamente que le ponía cara de perplejidad por no saber solucionar el problema). Vivía una y mil veces el esfuerzo extenuante que mi cuerpo anticipaba en los días previos y que me hacían llegar fatigado.

Es por eso que, por pura supervivencia y con los años, aprendí a utilizar técnicas de relajación y visualización, y así llegar con el punto de activación suficiente para rendir y no morir por el camino.

Me planteo si mis atletas, y en general los corredores populares, se preparan adecuadamente para las carreras EN LO MENTAL. En mi opinión y basándome en la personal experiencia, la relajación basada en el silencio y en la meditación me funciona. Conforme llega la fecha, si sobre todo el evento deportivo tiene mucha importancia para mi, analizo mi grado de nerviosismo. Intento no engañarme y analizo los síntomas externos de algo que quizá va cociéndose a fuego lento en mi interior. El cómo duermo, la ansiedad frente a la comida, mi relación con los imprevistos de los días previos, si alguien sufre mi ansiedad en forma de contestación destemplada.

Cuanta más activación nerviosa, más necesidad de pararme, cerrar los ojos y respirar profundamente, hasta que llego a olvidarme de todo mi pasado y mi inminente y ansioso futuro.

Te recomiendo que intentes visualizar lo que vas a vivir y, de esta manera, al anticipar los acontecimientos, hacerlo con menos ansiedad:

«Baja las persianas. Apaga la luz. Cierra los ojos. Relájate. Escucha sólo los latidos de tu corazón, el sonido de tu respiración. Es importante que estés cómodo. Asegúrate que no vas a ser molestado durante los próximos 25 minutos. Éste será tu tiempo privado.

Comienza respirando profundamente, pero sin esfuerzo. Imagínate a ti mismo en el lugar donde vas a competir. Crea una poderosa imagen mental del entorno. Imagínate vestido con tu ropa de calentamiento. Mientras respiras cómodamente, observa las condiciones del lugar de competición: el calor o la temperatura fresca, la atmósfera y la humedad. 

Entonces comienza a imaginar a los demás competidores. A medida que vas observando a estos atletas, presta atención al modo en que te sientes y procura ir poniéndote cómodo, sintiéndote confiado y preparado para enfrentarte a cualquier cosa. Observa la calma que fluye en tu mente cuando ves a los demás atletas en tus imágenes preparatorias.

A continuación, observa la relajación que te invade cuando empiezas a estirar tus brazos y piernas y a prepararte para la gran prueba. Siente cómo la confianza se infiltra en ti al tiempo que la tensión abandona por completo tus extremidades. A medida que terminas el calentamiento, trasládate al inicio de la prueba. Con los ojos de tu mente, estudia detenidamente a los demás competidores, fíjate en sus rostros y expresiones, observa sus ojos.

En este momento es posible que sientas algún tipo de emoción, así que continúa disfrutando de esta exaltación y de la oleada de energía; es natural y sin duda forma parte importante de la preparación.

Mientras observas cómo los demás participantes se preparan para competir, observa que tú mismo te sientes sumamente cómodo y lleno de confianza. Estás listo para competir, pero no lastrado por la ansiedad. Cuentas exactamente con la energía óptima competitiva. A continuación, traslada tus imágenes al evento propiamente dicho y a su máximo apogeo y emoción. Observa cómo te sientes cuando te pones en la posición de salida. Revisa tu cuerpo y siente el movimiento fluido de tus brazos y piernas.

Crea imágenes claras y agradables de la prueba completa. Obsérvate a ti mismo corriendo una carrera perfecta, con una técnica perfecta, y finalmente superando la prueba con elegancia y facilidad. Observa que tu respiración es cómoda; fíjate en la ligereza de tus pies, la destreza y agilidad de todo tu cuerpo. Date permiso para sumergirte en el placer y la delicia de triunfar en esta competición. Ve, oye y siente a la multitud a través de tu sistema sensorial. Disfruta de cómo esta multitud reconoce tu esfuerzo y tus resultados».

Desde la relajación encontrarás la manera más eficiente de afrontar las competiciones. Pruébalo. Disfruta de la plasticidad de tu cerebro y de tu diálogo interior positivo.

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