Una maratón es un acontecimiento que no nos puede dejar indiferentes conforme el calendario se va acercando a su fecha. Es un examen, motivo de nervios y de estrés del que se enfrenta a lo desconocido o del que, conociéndolo -y precisamente por ello- anticipa el dolor que sufrirá en el futuro y/o presagia un hipotético fracaso. Ese dolor o fracaso futuro lo vivimos (y revivimos) actualizándolo en nuestra atormentada mente.
Olvidamos que el presente es lo único que hay. Nos cuesta aceptarlo aunque sabemos que si viviéramos en él de manera continuada seríamos mucho más felices. Somos incapaces de centrarnos únicamente en lo que controlamos y olvidarnos de lo que no está en nuestras manos y se escapa a nuestro campo de acción.
El maratón es, sin duda, un estímulo estresor. Negar esto sería el primer y más importante de los errores. Dolerá -y mucho- a partir del kilómetro 30…¿Y…? ¿Cuál es el problema? ¿Quizá el dolor? Menudo descubrimiento, menudo drama más tonto…..
¿La maratón nos genera únicamente emociones dañinas como el MIEDO, AVERSIÓN, CÓLERA o TRISTEZA? ¿Por qué no asociamos definitivamente a la palabra Maratón, y en exclusiva, emociones como la SORPRESA o la ALEGRÍA?
El verbo inglés MANAGE me flipa. Lo intento usar en la medida de lo posible. Nos habla del cómo te manejas. Tiene infinidad de sinónimos: administrar, dirigir, manejar, gestionar, supervisar, lidiar con, arreglarse, ingeniárselas, lograr, conseguir,
De nosotros depende que la Maratón sea un estímulo neutro o que incluso sea muy positivo. La evaluación cognitiva que hagamos será determinante para movilizar -o no- a las emociones más chungas. El poder del pensamiento (lo racional) es brutal. Lo atávico (emocional) nos ha servido para llegar hasta hoy (miedo, ira, tristeza, sorpresa….) en nuestro afán lícito de supervivencia.
Pero frente al instinto de nuestra parte animal (a la que no renuncio y con la que a diario convivo) está la razón que nos hace diferenciarnos del resto de especies sobre la tierra. Cuida lo que piensas y dominarás a las emociones. Despeja continuamente balones en tu atormentada y atolondrada cabeza.
Pensamiento correcto: la maratón es una fiesta y tu entrenamiento te ha dado la invitación que necesitabas para participar. Has entrenado mucho y bien y los deberes están hechos. Has disfrutado del entrenamiento, del proceso de construcción. Has superado mil y una dificultades en tu preparación. Eres un suertudo, tienes salud, tienes la suerte de compartir un proyecto ilusionante junto a miles de corredores en la línea de salida. Buscas un objetivo numérico pero no te ahogas en él. Estás por encima del frío resultado.
La vida la tienes que pensar como agradecimiento, no como un derecho. El Maratón también. Mal negocio si piensas que tienes derecho a 3 horas 30 minutos porque has entrenado duro para ello. Tú pide valor para el kilómetro 30 pero ten en cuenta que sólo se te concederá la oportunidad de demostrarlo -en eso radica tu fuerza- y nunca en lo que consigas.
SONRISA EN TU MENTE, a eso hemos de aspirar continuamente y precisamente en los momentos perros, en las esperas ansiosas, en las desgracias inevitables por vivir. Nos somos corredores, simplemente tenemos la ocasión de demostrarlo en cada carrera. Y eso nos debiera bastar.