El cielo es el limite, si de atletismo es de lo que hablamos. Esa es mi postura hoy en día y -en eso he cambiado muy poco- ya lo era cuando tenía 14 años.
En el verano de 1985 tuve una acalorada conversación con Daniel y cómo sería, que todavía me acuerdo del lugar (Alcalá de la Selva -Teruel-) y del tono de la disputa. Con el fervor que se presupone en estas edades, defendí a capa y espada la ilimitada capacidad del ser humano en sorprender a sus congéneres.
Él mantuvo con razonables y sesudos argumentos que los récords mundiales tenían un tope. Que nunca se podría correr los 100 metros en 3 segundos. Yo argüía que la evolución tecnológica y las mejoras en el entrenamiento, la alimentación y la recuperación de los esfuerzos podrían ser la clave para ir arañando mejoras puntuales. En aquel entonces el récord del mundo de los 100 metros estaba en 9.93 segundos, lo poseía un norteamericano llamado Calvin Smith. El récord de maratón era de un británico llamado Steve Jones en 2.08.05.

Calvin Smith era también un excelente corredor de 200m por tener su centro de gravedad bajo. Corría siempre la segunda curva en los 4 x 100.
En estos días se ha celebrado el décimo aniversario de los extratosféricos 9.58 de Usain Bolt en los 100 m de los mundiales de Berlin 2009. El próximo 12 de octubre Eliud Kipchoge (con una mejor marca mundial homologada de 2.01.39) intentará por fin bajar de las 2 horas (sin ánimo de que sea récord pero sí de rebajar los 2.00.25 de Monza). En los próximos meses se va a hablar y mucho de límites físicos y psicológicos del hombre.
En 1908, en las Olimpiadas de Londres, se estableció el récord del mundo de maratón en 2 horas y 55 minutos. En algo más de un siglo (111 años) se ha rebajado en casi una hora. Y en esas mismas olimpiadas de 1908 el ganador de los 100 metros empleó 10.8 segundos. El mordisco ha sido de más de un segundo y a esas velocidades en el hectómetro, representan 15 metros aproximadamente.
A día de hoy la mayor profesionalización de los atletas y la implicación de las marcas deportivas están haciendo de las suyas. La rivalidad entre adidas, nike o puma es beneficiosa. Dedican muchos esfuerzos en investigar y sacar los modelos más punteros con materiales cada vez más ligeros y eficaces. Los avances en materia de motivación, de autoconfianza, de activación, de nivel de atención y del manejo del estrés, también ayudan en el desempeño de los atletas. Los estudios nutricionales y las ayudas ergogénicas inciden en la rápida recuperación de los esfuerzos y en la eliminación de los desechos que generamos en los entrenamientos y competiciones.
No hay límites. Y no me refiero a la realidad tozuda de lo que somos (a la que nunca hay que darle la espalda) sino que estamos hablando de la actitud constante e inconformista por ser otros, por transfigurarnos a base de sudor y jadeos persiguiendo sueños.