En las clases de Economía que doy a Bachillerato me ha tocado explicar los tipos de mercado y la diferencia entre monopolios, competencia perfecta y competencia monopolística.
Vivimos en una economía mixta de mercado. La ley de la oferta y la demanda, la soberanía del consumidor y la necesidad de gastar de manera compulsiva e insostenible nos golpea constantemente. La Maratón de Valencia 2020 me ha servido como ejemplo actual y concreto de mis explicaciones en clase.
La Maratón de Valencia se ha quedado sin competidores. Los ha ido debilitando conforme se celebraban las últimas 8 ediciones. En el 2011 empezó a fraguarse el cambio de tendencia. Se cambió la fecha de febrero a noviembre y se pensó en un final de ensueño con la Ciudad de las Artes y las Ciencias de escenario, un magnífico escaparate. El producto resultante se ha ido diferenciando del resto de maratones nacionales. Ha aumentado su cuota de mercado y disfruta de cierto poder en el mercado nacional de maratones. Ha crecido en cantidad (corredores) y calidad (clientes satisfechos) con mimo y progresividad. Ha sabido gestionar los recursos y les ha dado brillo.
Ya no es una empresa precio-aceptante –característica de empresas perfectamente competitivas- sino que ha adoptado características propias de las de competencia monopolística. La publicidad que le han dado los récords (con una inversión inteligente en liebres y atletas capaces) y la imagen de marca (valenciaciudaddelrunning) han hecho su trabajo de diferenciación del producto. Se sigue peleando sin descanso para que algún día Valencia sea una de las 6 prestigiosas Majors -desbancando quizá a Tokyo- y que sus calles posean el récord del mundo de maratón. Actualmente sólo 5 maratones en el mundo tienen un circuito más rápido. Definitivamente Valencia se ha abierto al mercado internacional de maratones.
Han aumentado la oferta de dorsales para el año que viene en 5.000 unidades -de 25.000 a 30.000- para satisfacer la demanda creciente. Ha eliminado la celebración conjunta de la 10k (consiguiendo en esta última edición el récord del mundo en 26.38). Ha tenido en cuenta la rigidez o inelasticidad de su demanda, que iba creciendo año a año porque no había maratones que pudieran sustituir a la que ofrece la Fundación Trinidad Alfonso. El precio de reserva que el consumidor está dispuesto a pagar ha ido creciendo y, por tanto, su excedente. Nadie quiere perdérsela y casi casi se ha convertido en un bien de primera necesidad. Ya para este 2019 se habían terminado las inscripciones seis meses antes de su fecha de celebración.
La organización ha establecido para el 2020 una discriminación en los precios en función de tres tramos por el orden de inscripción -en vez de hacerlo por el habitual que es el de las fechas del calendario-. Los 10.000 primeros dorsales a 60 euros (se terminaron en 4 días), los 10.000 siguientes a 80 euros ( se acabaron el 11 de diciembre, en diez días). Cuando escribo estas líneas (12 de diciembre) solo quedan por venderse 7.383 dorsales de los 30.000 ofertados. Dudo mucho que para la Semana Santa quede alguno.
Incluso si todos los dorsales hubieran sido a 100 euros (último tramo de 20.001 a 30.000), ¿Realmente es caro el maratón de Valencia? ¿Es un atraco?
Mi respuesta es NO.
La explicación del porqué -para mí- es sencilla. Ante todo, si la percepción del consumidor es la de que es cara, la manera de protestar sería la de quedarse fuera de este evento y bajaría su demanda. El precio máximo que estarían dispuestos a pagar los consumidores depende de sus preferencias personales y de su nivel de renta. Siempre habrá consumidores que estén dispuestos a pagar más que otros por adquirir el mismo producto. Incluso 30.000 dorsales podrían ser pocos para una alta demanda.
La maratón es un evento privado y, por tanto, no es una necesidad que tenga que satisfacer el Estado. Prima la eficiencia (máximo beneficio con los menores recursos posibles) y no la equidad. No se incurre en ningún fallo del mercado cuando un empresario libremente arriesga su capital en organizar un evento.
Las calles de Valencia son públicas y durante la celebración del evento se cierran calles y se modifican rutas de autobuses urbanos. Se movilizan dispositivos de seguridad para los corredores (policía local y protección civil) y todo esto tiene un coste para el ciudadano. Las instituciones públicas podrían no ver la conveniencia de apoyar esta iniciativa pero el retorno económico de la Maratón para la ciudad de Valencia -siendo evento de un solo día- es altísimo. Por cada euro invertido en su organización (5 millones) se traduce en 4 euros generados en gasto turístico asociado al maratón (20 millones).
Los hoteles se están aprovechando de la necesidad de alojamiento de los corredores y acompañantes. Han subido los precios de las pernoctas de manera abusiva. No es de recibo la salvaje especulación en los precios de los servicios que se generan de manera colateral al Maratón. Un taxista hará esos días más viajes pero no aumentará su tarifa porque está regulada y es común para todos ellos. Apelo al sentido común por parte de todos los agentes económicos implicados.
¿Has viajado para correr en el extranjero en alguna maratón importante? Si es así te habrás dado cuenta de la relación calidad/precio. Sin duda es superior en Valencia. ¿Cuánto tiempo durará este precio tan barato? ¿Llegaremos pronto al sorteo como hacen ya en las Majors?
Aprovechemos que tenemos la mejor maratón del mundo (con permiso de Berlín, Boston o Nueva York) y disfrutemos del espectáculo de cada diciembre. En mi memoria quedará para siempre la de aquel 4 de febrero de 1990, mi primera con 18 años. Llegamos a la meta de la Alameda 1.500 corredores. Del precio en pesetas ni me acuerdo. Será porque vería como un privilegio que me cortasen la ciudad entera para poder recorrerla sin miedo a ser atropellado.
Hace poco hablaba con dos amigas del precio de la maratón de Valencia. Nos parecía caro. Ahora te leo y «te compro» el argumento. El precio es subjetivo, depende de lo que uno esté dispuesto a pagar y de las satisfacciones que esa actividad le genere. Al final, decidimos no apuntarnos porque por nuestras circunstancias no podemos planificar una carrera con un año de adelanto. Aunque me quedo con las ganas…
Un besico Paula.
Da gusto verte pasar corriendo los martes por la noche por la ribera del Ebro. ¡Qué velocidades!
Juan Romero
Está muy bien el estudio que haces pero faltan algunos detalles.Ya q kieres compararla con las d otros paises d paso compara tambien sueldos y poder adquisitivo d las personas.Otra cosa; eso d que el gasto organizativo son 5 millones ed poco mas q una alucinacion q has tenido,disculpa,no se lo cree nadie.Un saludo
Hola Francisco
Efectivamente se podría utilizar la curva de Lorenz para analizar al milímetro lo que supone ese precio en el salario medio de un español. Se podría discutir todo y enfadarnos con el mundo por querer aprovecharse de nuestras necesidades insatisfechas y hacer negocio con ello.
En este sencillo escrito no pretendo hacer demagogia ni lo hago con intención de cubrir las espaldas a nadie. Soy un corredor al que le une un vínculo de cariño por ser originario de Valencia y haber debutado allí hace 30 años.
Por cierto, lo de los 5 millones de euros lo he sacado de aquí:
https://www.soycorredor.es/noticias/articulo/este-es-el-presupuesto-del-maraton-de-valencia
Un saludo
Juan Romero
El precio de cualquier MAJOR va entre 150$-200$ la inscripción, da igual el momento en que la hagas que su precio es ese para las 40,000 inscripciones. Y por supuesto si eres capaz de conseguir un dorsal, que es hiper complicado.
100 euros por correr en uno de los 3 mejores maratones del mundo (con unos servicios excelentes) para mi es barato.
Totalmente de acuerdo Fran.
Gracias por escribir.
Un saludo
Juan Romero
El futuro de la Maraton de Valencia será:
Acceso por marcas y edades.
Precio más elevado en torno a 200€.
Osea equiparada a las Majors..nobtiene nada q envidiar a una Major.
Quizá mentalizar a la población de lo importante que es para la ciudad un evento de estas dimensiones.
Hablaremos de esto en nada, máximo 2 ó 3 años.
El inconveniente será la dificultad para acceder y los precios de los hoteles.
Razonamiento económico impecable. Soy licenciado en Economía y me dedico a cuestiones relacionadas, además de gustarme mucho la ciencia económica. La Economía se divide en la Economía positiva y la Economía normativa (lo que es y lo que debería ser), además de estar relacionada, a través de las curvas de indiferencia de sus diferentes actores demandantes individuales con las preferencias. Este análisis tuyo demuestra un evidente interés por el deporte, por el atletismo, lo que es positivo; por otro lado, podría suponer una moda pasajera, o el esnobismo del running. Supongo que tendrá un poco de ambas.
Por cierto, además de economista, también soy corredor desde hace más de veinte años, de los que nunca he necesitado carreras organizadas para pillar las zapatillas y perderme por el pinar, que soy de Valladolid. Me estrené en la maratón de París este año, eso sí, y es una delicia. A ver si corro la de Zaragoza.
Gracias por tu comentario. Me ha hecho especial ilusión que un economísta pucelano escriba en este blog. El 19 de abril nos podremos ver por las calles de Zaragoza corriendo.
Un cariñoso saludo
Juan Romero
En nada la Maraton de Valencia estará a la altura de las majors.
Desde luego su precio subirá en torno a los 150€.
El acceso será por marcas y edades y si quedan plazas habrá sorteo.
Valencia ha elegido el camino de la excelencia y eso tiene inconvenientes para la ciudad que los ciudadanos tienen q aceptar.
Hay una fiebre por el running y los Maratones imparable.
Quizá ahora se ha desmandado el tema del alojamiento, tema dificil de controlar.
Hay que pensar en ahorrar un poquito para poder permitirse este lujo de correr maratones por el mundo.
Valencia no tiene nada q envidiar a un Major.
Gracias Fernando por escribir.
Tú tienes experiencia en el extranjero y tu opinión está muy bien fundamentada.
Un abrazo
Juan
Es curioso: con todo lo que me gusta viajar, nunca lo he hecho por motivo de carreras, la verdad que la forma de la que viajo me deja poco tiempo para eso.
Todo depende del tipo de carreras que se suelan correr, a mi me gustan las Ultras, y siempre rondan los 100 euros. De acuerdo en que es oferta y demanda, y no creo que sea un bien de primera necesidad, como tampoco lo es un móvil de alta gama o una determinada marca de coche. Llegará un tope en el que quizá la gente diga que no más, pero vamos, siempre hay quien quiere y puede pagarlo.
Casi todos mis maratones los he hecho en Zaragoza, salvo mmp en Laredo. En Valencia hice una media el año pasado, y la verdad que sus calles invitan a volar.
De momento, estoy en duda con Zaragoza. Este año no he podido fijarme ningún objetivo y en 2020 si que quisiera ir a por alguno.
Un abrazo Juan.
Muy enriquecedor todo lo aportado; pero me gustaría introducir 2 aspectos;
– Las cosas valen lo que se pagan por ellas.( nos queda mucho recorrido en el 42K Valencia).
– En Valencia hay running del más alto nivel (y baloncesto ACB) gracias a Mr. Mercadona.
Es mi punto de vista.
Un saludo.
Gracias por el comentario. Muy acertado.
Muchas gracias
Juan Romero