El ser humano recuerda con facilidad su primer amor, su primer día en la universidad o su primer trabajo. El motivo es evidente, lo asociamos a una emoción y todo lo que se vive con pasión es recordado de manera indeleble. Nos sucede lo mismo cuando una canción nos trasporta a un lugar y/o una persona del pasado.
Es lo que tiene la novedad y la inexperta juventud, que magnificamos el suceso en nuestro -por aquel entonces- pequeño universo. Las primeras veces tienen la fuerza del reto ante lo desconocido.
Ahora, preparando el comienzo de curso en mi colegio, se están concretando los procedimientos para minimizar los riesgos de contagio. Es una novedad que nos está costando. Como soy muy rocero (kinestésico dirían los cursis) me veo torpe en las relaciones sociales. El choque de radios o cúbitos me parecen una manera de jugar a espadas láser en una hipotética guerra de las galaxias, me siento muy ridículo. Es muy frío todo y estamos todos bajo sospecha. Si de verdad tocar es una herramienta estupenda para el aprendizaje, nos vamos a quedar este año muy huérfanos de piel.
¿Cuántas veces disfrutamos en el deporte la experiencia de la primera vez? ¿Por qué nos sentimos tan plenos cuando sucede esto?
Incluso con 40, 50 o 60 años se puede vivir una primera vez. Pensando un poco, me vienen ejemplos: el primer maratón, la primera vez que bajas de determinada marca o la primera montaña de más de 3.000 metros de altitud en el Pirineo, tu primer dorsal, tu primera y traumática experiencia haciendo series, la primera vez que bajas de 80 kilos desde que eras universitario,…
Por suerte, incluso en edades maduras, es posible estrenarse. Y con cada primera vez, rejuveneces. Aún es más: la edad que tienes cuando te estrenas en algo te afecta a la hora de valorar en mayor medida los logros.
El hombre vive de retos (sueños) y éstos son su gasolina. Una primera vez supone catarsis, renacimiento, muelle, droga legal. Dicen que el dolor pasa, el sudor se seca y el cansancio termina. ¿No te suena y te parece que es como la vida misma?
Aprende a correr 
Contigo los días son inolvidables y lamentamos los que nos perdemos siempre son la primera vez