¿Consideras que esta es una buena pregunta para antes de acabar este año 2020 tan huérfano de carreras?
Entrenar, que es seguir una planificación, no ha sido nada sencillo para los corredores. Sin una finalidad concreta (fecha objetivo) es todavía más difícil -que no inútil- dar importancia a los medios que utilicemos para conseguirla.
Soy entrenador porque me di cuenta que al llegar al lugar de encuentro y a la hora convenida y empezar a saludar a mis atletas, operaba en mí una transformación. Se me insuflaba un franco entusiasmo, al ver la ilusión en los ojos de mis corredores previo al inminente esfuerzo. Sin ser muy consciente del todo, convertía mi día de mierda en una jornada digna de ser recordada. Me servía de infalible antidepresivo. Me fui dando cuenta con los años que los corredores dependían de mi estado de ánimo y -eso fue mi salvación- no me podía permitir estar insípidamente tristón.
Cuando aparezco por el Parque o por el rio Ebro según sea martes o jueves, adopto el rol de dinamizador, de parlanchín ocurrente que haga si cabe más amable el sufrimiento inminente, intento poner una cómplice sonrisa que suavice el inevitable dolor de las series anaeróbicas de mis atletas.

Soy entrenador porque experimenté exactamente lo mismo que sienten cuando corren. La agonía y el dolor son mis queridas compañeras de viaje. También he sufrido los arañazos de todas las lesiones inimaginables, he padecido todas las condiciones meteorológicas imaginables y todos los horarios que puedan caber en las 24 horas que tiene el día. He sufrido los avatares personales del vivir que hacen que correr a veces sea una huida y a veces una búsqueda, que a veces vayas a correr para reír y otras para llorar.
Así como para los cristianos el pecado es el único verdadero mal, para los corredores las lesiones son la única contrariedad de entidad que han de evitar por encima de todo. Necesitan la experiencia y la empatía del que ha pasado por lo mismo y pueda dar el consuelo y las terapias más certeras.
Ser entrenador es delicioso. Me junto varias veces a la semana con miembros de una exclusiva tribu, los de la raza de los que Viven con mayúsculas.
Trabajo tienes conmigo,para ganarte el cielo,pues estoy en un remolino
Aunque se que no hace falta yo te animo a que sigas y no pares. Que a los que vivimos fuera de Zaragoza te seguimos y tomamos tus comentarios para aprender un poco más de esto que nos apasiona: CORRER.
FELIZ AÑO 2021.
GRANDE JUAN