Se esfumaron los brotes verdes de la juventud pero sigo peleando con dignidad. Me sobra experiencia, pero el vigor me va fallando a días. El cenit del rendimiento máximo ya nunca volverá.
La longevidad física no viene por casualidad, se trabaja día a día. Mantener una buena forma en la vejez depende de muchos factores. Por ejemplo, el no haber tenido bajadas o aumentos de peso bruscos, el no haber abusado del alcohol, el tabaco o las drogas, el haber practicado ejercicio regularmente y haber mantenido una alimentación saludable. Aun con todo, la genética de cada persona hace que incluso con hábitos similares, algunas se mantengan atléticas por más tiempo que otras.
Con el paso de los años, el músculo pierde tonicidad en las fibras blancas. Sin embargo, las fibras las rojas se pueden seguir entrenando con normalidad. Para conseguirlo debemos programar bien el tipo de ejercicios dando prioridad a los aeróbicos (en presencia de oxígeno) frente a los anaeróbicos (con deuda de oxígeno).
Recuerdo que hace años (estando en el punto álgido de mis mejores marcas) pensaba en el largo plazo y me imaginaba con 90 años correteando por la vida.
Los corredores experimentamos libertad, ligereza y fuerza, los tres pilares que resumen los deseos del hombre sano. Con 90 años, ¿estaré fuerte? ¿seré libre? ¿me sentiré ligero?
Llevo luchando toda la vida para que así sea y poder seguir mirando desafiante mi vida y mi muerte con la naturalidad que requiere todo lo mundano. Quiero vivir y morir acunado como un bebé adormilado y pacífico gracias al rumor del tac-tac del corazón y el arf-arf de mis jadeos.
Me dan pena las vidas deportivas cortas y fulgurantes. Fueron agraciados por un don y no supieron entregarlo generosamente al trabajo. Me enamoran las vidas deportivas fruto del trabajo concienzudo y metódico. Del que se sabe torpe pero es tozudo. Aplaudo con las dos orejas a los deportistas enamorados de su especialidad.
3.- Es necesario alimentarse correctamente, siguiendo una dieta variada y equilibrada. De esta forma, los tejidos musculares se conservan mejor durante más tiempo.
4.- Es importante seguir un entrenamiento correcto y progresivo, adaptado a nuestra condición física y al nivel atlético que tengamos.
5.- Hay que elegir equipos y materiales deportivos de calidad, tecnológicamente avanzados y con las medidas de seguridad adecuadas. Nunca se debe improvisar, ya que el peligro de lesión aumenta con la edad.
6.- Los masajes y la fisioterapia no son una opción. Mímate aunque no te duela especialmente nada.
7.- Por último, escoge el deporte más idóneo para tu físico y capacidades. Lo ideal es practicar, al menos, dos: uno de potencia, como el atletismo, la natación o el ciclismo; y otro de agilidad, como tenis, fútbol o baloncesto.