Mido 180 centímetros y peso 65 kilos desde hace 20 años y es por esto, que a mi madre le costaba aceptar que no tenía ningún problema. La necesidad de solucionarlo la consumía, y en vez de admitir que si estaba así era para correr más y mejor, creía que estaba poniendo mi organismo en peligro de cualquier enfermedad o carencia.
Me siento muy sano. Conozco bien mi cuerpo y le doy lo que me pide para que mi energía ni decaiga ni se pierda. Mi delgadez es buscada y funcional. La fuerza que despliego -los domingos en las competiciones y entre semana en los entrenamientos- es la garantía de que lo que como, me conviene y es en la cantidad adecuada.
Mucha literatura hay sobre dietas. Recetas milagro para que bajar peso sea sin esfuerzo.
No tengo estudios de nutrición pero conozco mi cuerpo a la perfección. He leído todo y lo he experimentado todo. Sé lo que me funciona y lo que no. He aprendido -gracias al ensayo y error- lo que me es necesario y lo que es superfluo.
Hay cuestiones interesantes como es el índice glucémico y eso nos habla de que la calidad del repostaje, de los nutrientes y el aprovechamiento metabólico que nos será útil para la carrera. No deberías pensar en dieta sino en alimentación correcta. Piensa en el «cucurucho alimenticio» en vez de la «pirámide». Llena ese cucurucho de alimentos correctos y deja poco margen para lo que sabes que no te conviene.
Quién creyese que iba a desarrollar un menú en este post siento desilusionarlo. Solo sirve el balance calórico diario: tanto gasto, tanto ingiero. Y fijaros que pongo intencionadamente en primer lugar el gasto (la actividad física) que es lo que nos abre las puertas del repostaje.
Como decía Grande Covián, sólo hay un alimento que adelgaza y es el que se queda en el plato.
Mi Decálogo:
1. Quedarse con algo de hambre en las comidas. No saciarse. Digestiones ligeras.
2. Tener la fruta muy a mano en casa.
3. No comer por la noche mientras se ve la tele.
4. Comer despacio y masticar bien. ¿Vas al baño con regularidad?
5. No comas si no tienes hambre.
6. Comer bien no tiene que ser aburrido. Variedad.
7. Desayuna como un rey, cena como un pobre.
8. Espacia los caprichos culinarios. Tienen que ser merecidos.
9. Comes porque entrenas. Si no entrenas, come menos.
10. Sentirse ligero no es una opción. Tú eliges. Dime cómo comes y te diré qué corredor eres.
El Indice de Masa Corporal da pistas al relacionar altura y peso. La cifra es el resultado de dividir tu peso entre tu altura al cuadrado.
En mi caso IMC= 65/ (1.80 x 1,80) = 20,06 (normopeso)

Coincido en casi todo. Tampoco soy un experto en la materia, aunque me gusta escuchar y leer mucho del tema. Pero discrepo en un par de puntos.
3. Siempre puedes comer unas uvas o cerezas
5. Es obligatorio desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena, aunque a veces no apetezca mucho almorzar o merendar, aunque sea algo de fruta lo considero indispensable. También antes y después de entrenar, aunque sea sin hambre.
Lo mejor intentar comer equilibrado y sano y sentirte a gusto contigo mismo.