El otro día, en mitad del trote, pensaba en la capacidad y en la potencia. Estas cosas solo nos pasan a los frikis. Necesitaba explicar qué es eso de trabajar a diversos ritmos y de hacerlo durante pocos o muchos minutos. Ya expliqué en otra entrada, la conveniencia de realizar un entrenamiento diversificado en términos de duración y de intensidad, y que eran la clave para mejorar los parámetros fisiológicos.
Cuando hablemos de Potencia, nos referiremos a la cantidad de energía necesaria por unidad de tiempo. A mayor cantidad de energía por segundo, más potencia. La potencia sirve para expresar la posibilidad que tiene un deportista de realizar determinada actividad física en el menor tiempo posible.
Cuando decimos Capacidad, nos referimos a la cantidad total de energía de la que disponemos. Dicho de otra manera, a mayor capacidad, mayor será la duración de trabajo. La capacidad sirve para expresar la posibilidad que tiene un deportista de realizar determinada actividad física durante el mayor tiempo posible.
¿Por qué los conceptos de potencia y capacidad son útiles? Porque explican las relaciones que hay entre los diversos sistemas energéticos. Y esto es así porque a medida que pasa el tiempo de carrera, los distintos sistemas alternan su protagonismo volviéndose actores principales o secundarios según las demandas de intensidad y de duración.
Por tal motivo hacemos referencia a potencia aeróbica y anaeróbica, y a capacidad aeróbica y anaeróbica. Lo aeróbico se produce cuando la intensidad es tan baja que corremos con la presencia de oxígeno suficiente para la demanda de nuestros músculos. Lo anaeróbico, sin embargo, se da cuando la intensidad aumenta y corremos con deuda de oxígeno, es decir, cuando nuestra demanda supera a la oferta que ofrece nuestro organismo.
Podemos distinguir:
Potencia anaeróbica: va de los 0 a los 20 segundos, entrega de una limitada cantidad de energía muy rápidamente, es fundamental en trabajos de velocidad, fuerza máxima y potencia. Deportes donde prima: levantamiento de pesas, saltos y lanzamientos, 100 metros lisos, por ejemplo.
Capacidad anaeróbica: de los 20 segundos a los 3 minutos, entrega de algo más de energía pero a menor velocidad, es importante la resistencia a la velocidad. Deportes: tenis, fútbol, boxeo, 800 metros lisos.
Potencia aeróbica: va de los 3 a los 40 minutos, entrega mucha energía pero a una velocidad inferior. Deportes: 5.000 metros, natación 400 metros.
Capacidad aeróbica: va más allá de los 40 minutos y puede extenderse a varias horas gracias a la cantidad prácticamente ilimitada de energía que se entrega. Deportes donde prima: marcha atlética, maratón, ultrafondo.
Es importante resaltar que los tiempos de cada área de trabajo son teóricos. Lo fundamental es entender el concepto bajo el cual se pueden unir. Este orden secuencial es más bien un recurso didáctico ya que si bien es así como se estructuran en el tiempo, nunca va a suceder en la realidad. Un maratoniano, por ejemplo, necesita de una capacidad aeróbica muy grande. Es probable que llegando a la meta recurra a su potencia anaeróbica a través de un sprint, pero jamás pensará en correr a una velocidad superior al umbral durante varios minutos porque sus valores de ácido láctico se dispararían.
Entender los conceptos de potencia y capacidad sirven para orientar la planificación de nuestros entrenamientos. Las series cortas y largas, los tiempos de recuperación cortos o largos tienen en estas capacidades y potencias su sentido último. Un entrenador sabrá combinarlas adecuadamente para que de ese cóctel salga una deliciosa bebida.