Acudo hoy al sabio refranero para contarte la historia de miles de corredores que empiezan a correr pasados los 30 años. Es una fiebre o moda que se da más entre talluditos arrugados y canosos por las crisis de los sucesivos y recurrentes 30, 40 ó 50.
Somos ya caballos o yeguas resabiadas, con rarezas y costumbres, para nada predispuestas al cambio. Quedaron atrás las revoluciones y los golpes de timón exagerados. Instalados en la tibia comodidad de la rutina, salir a correr supone un esforzado empujón para intentar colorear el gris de cada día ¡Estamos como para hacer revoluciones!
Hemos de hacer un esfuerzo. A pesar de nuestra edad tenemos que modificar, en la medida de nuestras posibilidades, nuestras trazas de correr y que vicios instalados durante tantos años, sean convertidos en virtudes. Ya lo decía Einstein: «Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo»
El refranero nos dice que el hombre tiene tendencia a la «Arrancada de caballo y parada de burro«. Nos cuesta hacer rutina de esto de salir a correr y no nos pase como al burro del refrán. Busca compañeros de fatigas para obligarte a salir incluso el día más perro por frío, lluvia o viento.
También el refrán nos dice que «Sin espuela y sin freno no hay caballo bueno«, aunque en eso de ser buenos de verdad sólo les afecta a los caballos jóvenes y con capacidades. La disciplina te llevará a sitios insospechados (planificación adecuada + motivación + compromiso + constancia).
Acudir a un entrenador competente y comprometido, de los que aman a este deporte, porque ya lo dice el refrán: «Caballo de muchos amos, se muere de gusanos«.
Al principio de nuestra afición a correr puede que no tengamos objetivos y es con el tiempo cuando van surgiendo. Ya lo decía el sabio: «Si quieres hacer reír a Dios, cuéntale tus planes«.Llegaremos al maratón como una consecuencia de la vida, con la naturalidad del que sólo se preocupa de «Darle alegría a tu cuerpo, macarena» porque hemos llegado a descubrir que la vida es una sucesión de presentes, y uno, quizá el más maravilloso del día, es el de salir a correr.
Hola Juan.
Empecé hace 10 meses, a los 49 años y tras más de 30 de gran fumador. El comienzo fue para olvidar el tabaco, ahora (a los cuarenta y diez, como dice Sabina) me vale para olvidarme del tabaco y del resto de problemas, esos que antes trataba de mitigar con cigarrillos.
Aunque no creo que vaya a batir ningún record del mundo no lo descarto del todo, mi último 10K lo hice en 50:08 y cada vez con más ilusión. La próxima carrera (homologada, por supuesto) bajo de 5min/Km. 😉
Y tirando de refranero: «A la vejez, viruelas.»
Gracias por tu blog.
Saludos
Hola Eloy
Me reconforta comprobar que un texto escrito hace ya meses haya generado la necesidad de contarme tus progresos y tu vivencia de fumador empedernido a corredor aventajado.
Me encuentro a diario casos como el tuyo y es una suerte que a los 50 tacos hagas marcas personales. Yo, por el contrario, con mis 44 me enfrento a un declive en mis prestaciones pero no he perdido un ápice de ilusión por correr. En eso no me gana nadie.
Muchas gracias por tu mensaje.
Un abrazo muy fuerte de corredor a corredor.
Juan
Gracias por tus palabras y tus consejos.
Respecto a mis marcas permíteme una última cita, ésta de Serrat:
«Bienaventurados los que están en el fondo del pozo
porque de ahí en adelante
sólo cabe ir mejorando.»
🙂
Un abrazo