Muchos de vosotros salís a correr solos porque, o bien no podéis conciliar vuestros horarios con los de un grupo, o porque no queréis someteros a la disciplina de un horario fijo. Seréis de los que no les importa la soledad y tenéis la fuerza de voluntad necesaria para salir aunque haga una climatología adversa.
Los que se apuntan a grupos de entrenamiento con fecha y hora prefijada de antemano tienen la suerte de compartir tips de sus compañeros y asesoramiento del entrenador. Disfrutan de la compañía mientras que realizan seguramente el entrenamiento más complicado de la semana. Introducen el elemento diferenciador de sus rutinas: la variedad (series, fartleck, cuestas, ritmos controlados).
Todo deben de ser ventajas cuando entrenas en grupo. Las sinergias, evidentes. Se establecen relaciones de camaradería e incluso de amistad. La afinidad surge en un clima de disciplina y entrega. Las virtudes flotan en el ambiente. Se valora al compañero y se le hace merecedor de respeto que evidentemente es mutuo.
El corredor entra en contacto con personas con los mismos intereses y que tienen el mismo nivel deportivo. La simbiosis se produce.
Pero un grupo de entrenamiento es dinámico. Es un ser vivo que está en continuo cambio.
Una enfermedad inesperada, una lesión, un día implacable de frío o de calor, un abandono…. y es entonces cuando toca bregar.
La calidad humana de cada integrante debe sumar en beneficio del bien del grupo. Todos necesitamos de todos porque si la dinámica es ascendente, a todos aprovecha. Los celos y envidias no sirven para nada bueno. Si un compañero triunfa me alegro, también es mérito de todos porque facilitamos el ambiente necesario para sufrir con cierto disfrute en el entrenamiento.
En un grupo, al igual que ocurre en un Gran Hermano, se forman grupúsculos al conectar más con unos que con otros por diversos motivos, unos más conscientes que otros. Hay personas tímidas, otras extrovertidas, más locuaces o más calladas, más sonrientes, otras apocadas, y un largo etcétera.
Los más sanguíneos se dan cuenta rápido de la necesidad de sumar. Otros se dedican a aprovecharse de las circunstancias aportando mucho menos al grupo.
Después de muchos años liderando espiritualmente a los atletas y utilizando la observación, he establecido los siguientes fenotipos:
1. El que llega por primera vez a un grupo y, por esto, es el centro de atención de todos. Le miman y le tranquilizan con la mirada. Llegarán otros y se eclipsará su aura. Pasará a ser uno más. Y habrá que aceptarlo.
2. El que empieza siendo el patito feo y aguantando la situación (que nadie desea) se convierte en mascota y en cicerone de los recién llegados.
3. El que no destaca en nada, pero es queridísimo. Cuando no acude se nota su ausencia.
4. El que habla por los codos o el que sólo se le escucha en la parte final del entreno porque resopla.
5. El que tiene la sonrisa pintada en la cara porque se enfrenta al rato más suyo de toda la semana. Está locuaz y todo le parece bien.
6. El que cuestiona el método pero no se atreve a reconocerlo. Únicamente necesita el grupo para que reconozcan su valía en público.
7. El que no acepta que una chica del grupo le pase por encima en las series rápidas.
8. El que, de repente, se queda sin nadie de su nivel y le toca sufrir en solitario. Paciencia, llegarán tiempos mejores.
Seguro que me dejo alguno. Seguro que todavía me queda mucho por ver. A mí me ha tocado ser el pegamento que une las piezas. Todos somos necesarios. Mis entrenados lo saben bien.
…………………que cierto es todo, los «roles» de cada uno………………pero en definitiva al conseguir tu pequeño grupo de acompañantes, todo fluye, y mejoras, vaya si mejoras……..ellos consiguen lo que solo no puedes………….el crono baja, y ves tiempos que antes no habías visto. Para mi es algo mágico, compartir ………..compartir todos estos días, todos estos entrenos, para conseguir ese instante de felicidad…………..el arco de meta, merece la pena, pero siempre en compañía. Hoy por ti y mañana por mi, buen articulo Juan
Gracias Esther. Es muy interesante asociar comportamientos dentro de un grupo a los resultados posteriores. Suele haber una correspondencia entre determinados patrones de conducta que hacen que la mejora sea mayor. Un saludo. Juan Romero
Lo más gracioso es que uno a veces ocupa varios de esos roles… y no sólo consecutivamente.
… y hay “roles” que, a su vez, son mezclas de “roles”