Ahora que casi es verano y tengo menos obligaciones, me da más tiempo para escribiros. Voy a hacer una reflexión en voz alta y saca tus propias conclusiones.
Ser entrenador consiste en tomar decisiones, recular o dar un paso al frente si fuera necesario. Las personas que entreno necesitan pautas, directrices porque quieren mejorar y son ambiciosos. Mi misión es la de atemperar las ambiciones y ponerlas en consonancia con el estado físico presente del corredor. Cuando les aprieto las tuercas podría estar forzando la maquinaria de mis entrenados a límites poco saludables. Los años me han enseñado a convivir con estas dudas.
Hay tantos caminos como corredores. Una misma curva se puede hacer con infinitas trazadas. Las metas son muy personales. Os lo dice una persona que tuvo la impaciencia de debutar en el maratón con 18 años. ¿Es eso deseable en sí mismo y para todos? Ni mucho menos. Con los años te convences que fue lo que fue: mi necesidad de rascar en los límites de mi existencia. Cierto que me dí un buen tortazo finalizando en 4 horas y 13 minutos, pero también es verdad que lo recuerdo con romántica nostalgia.
¿Fue una torpeza? ¿Lo volvería a hacer si estuviera de nuevo en 1990? Hago memoria de cómo preparé esa primera maratón y dudo mucho que mis tiradas sobrepasasen los 90 minutos. En esos años, ni internet ni blogs de atletismo, todo era a pedales. Hoy la información está a golpe de click y el exceso de ésta aturde y hasta paraliza.
Vivimos en un mundo con excesos, en la comida y bebida, en la falta de descanso, en actividades de riesgo y correr podría llegar a ser uno de ellos. ¿Dónde poner los límites?
Funcionar a base de retos es una buena manera de concretar nuestro grado de exigencia y motivación. No lo veo malo en sí mismo. La sana competencia y la superación nos ayudan a dar una versión mejorada de nosotros mismos.
Porque una cosa es correr y otra es entrenar. En el primer caso el corredor decide serlo cuando le apetece o cuando tiene tiempo, en el segundo un excell te marca las pautas de tu descanso y podrías llegar a sentirte esclavo de las obligaciones que éste te impone ¿Te sientes esclavo cuando llegas al trabajo para cumplir con tus ocho horas o eres feliz por tenerlo? Me contestarás que según el día.
¿Dónde quedó el corredor Zen?¿Qué de bueno tiene correr para encontrar tu paz interior y disfrutar sin la presión del pulsómetro o del GPS?¿Quién podría negar la capacidad que tiene correr para reencontrarnos o para solucionar nuestras taras mentales o para dar rienda suelta a nuestras emociones e incluso plantearnos propósitos audaces de acción?
Los que llevamos muchos años en esto hacemos el esfuerzo de no aburrirnos y además evitar la desazón que podría producirnos competir siempre. Compaginar el disfrute y la necesidad de mejora es lo más inteligente. No queda otra.
Frases: No tenemos que demostrar nada a nadie, eso es muy cierto, pero no olvidemos que tenemos ego y que, gracias a él y bien utilizado, es un motor estupendo para mejorar. Sólo competimos contra nosotros mismos, igualmente cierto, pero viviendo en sociedad es normal que queramos trascender a nuestros congéneres y es lícito aspirar a lugares de mérito y capacidad y de esta manera aportar algo a nuestra sociedad. Fuera relojes, a disfrutar, también es una buena política para funcionar en determinados momentos de la temporada o en determinados trotes regenerativos, pero los relojes pueden dan una información para acompasar los ritmos o pulsos a nuestra realidad deportiva y para motivarnos. Correr debería de hacernos sentir como niños, si no es así vamos por mal camino, lo lúdico debe impregnar muchos entrenamientos, incluso las series deberían ser divertidas. No hace falta correr un maratón para sentirse corredor, también es cierto, pero es muy legítimo que alguien quiera finalizar la distancia de 42 kilómetros porque su alma, de esta manera, consiga purgar sus pecados, hacer algo difícil pero posible, tener un objetivo a medio plazo que confiera a su existencia una ilusión que le haga levantarse por las mañanas con una meta….. quién sabe, cada uno tiene la suya.
La ilusión también debería de medirse cuando de correr hablamos. Vivir sin metas es sobrevivir, un vivir a medio gas.
Ser un buen entrenador, como ser un buen profesor, me parece admirable y muy difícil. Hay que acompañar, guiar, enseñar, sacar lo mejor de cada uno, sabiendo que cada uno es diferente y que no sirven las mismas recetas para todos… Cuando te leo, me dan ganas de ponerme las zapatillas y salir a correr. ¡Gracias por tus consejos y reflexiones! Un abrazo
Gracias Paula. Hoy, día de mi santo, escuchar la frase «cuando te leo, me dan ganas de ponerme las zapatillas y salir a correr» es el mejor regalo que puedo recibir.
Un abracico
Juan
Nunca me he arrepentido de salir a correr, muchas veces de no hacerlo. Para un corredor de poca aspiración, como yo, el objetivo es mantener siempre el disfrute, aunque uno, por su propia exigencia, siempre acabe sufriendo. (Por eso debe ser, alguna que otra vez, la sensación de pereza al ponerme las zapatillas, imagino). Que nunca se convierta en una obligación, por lo menos, aunque te lo dicte un Excel. Feliz día de tu santo.
Hola Jesús. Muchas gracias por la felicitación y por la reflexión. Todo vale si nos hace felices. Un abrazo. Juan
tengo 56 años y llevo solo año y medio corriendo, disfruto cuando hay que disfrutar y sufro cuando hay que sufrir, pero al terminar nunca me arrepiento de haber corrido, creo que eso es lo que cuenta, estoy orgulloso de haber corrido una media en 2:20 (tiempo que algunos hacen andando) pero yo sé que corrí los 21 km y pico cuando hace apenas nada era incapaz de correr el pico, dicen que para correr es necesario ser fuerte de cabeza yo sin embargo esa fortaleza la obtengo corriendo,
felicidades!!!
Gracias, muchas gracias. Enhorabuena por tus 2.20 en la media. Sigue disfrutando de cada metro recorrido. Un saludo. Juan
Excelente reflexión! «Una cosa es correr y otra es entrenar» mucho de lo q dices lo he discutido, pq los corredores de la vieja guardia no valoran ese correr sin entrenar…para mí (personalmente) ambos se complementan y hacen balance en periodos… es mi estrategia para ser feliz haciendo eso q desde chiquita me enamoró: correr. 🙂
Un saludo Nairi. Gracias por sentirlo igual. Muchos años y kilómetros nos quedan!
buenos dias y felicidades, en primer lugar, en el dia de tu santo. Mi aportación a las reflexiones no puede ser otra que la de » ese entreno de series en que el garmin te indica tiempos hasta ese dia impensables»», que satisfacción, ves que vas por buen camino, que el cuerpo responde a la disciplina, al control, al buen hacer al buen correr……………………el intentar cada dia mejorar postura, el «aprender a correr». Sufrimiento y felicidad, van de la mano, dada dia que nos ponemos las zapatillas, pero………………queremos seguir…………….y seguir…………….será porque somos felices corriendo????, keep running!!!!!!
Hola Esther,
Ese entusiasmo que desprendes en todo es la clave para progresar. Sigue así. Keep running !
Un abrazo
Juan