Después de dar unas cuantas sesiones de técnica de carrera he llegado al convencimiento de que al corredor popular le preocupan, además de su estilo cuando corre, de los apuros para encontrar el suficiente aire e introducirlo eficientemente en sus pulmones.
Dejar de congestionarse cuando se empieza a salir a correr es uno de las primeros logros que experimenta el corredor iniciado y por eso se asocian la técnica de carrera y la técnica para respirar como englobadas en el mismo saco técnico.
Si nos aumentásemos la traquea, de unos 2,5 centímetros de diámetro, seríamos mucho más eficientes corriendo. Al aumentar la cantidad de oxígeno y «ventilar» eficientemente nuestros pulmones no habría quién pudiera seguirnos. Los orificios nasales tienen (gracias a la pituitaria roja) la posibilidad de calentar y humedecer el aire exterior, pero por desgracia tienen una capacidad de reclutar oxígeno más limitada. Necesitamos, y mucho, el oxígeno para correr.
Por ello cuando subimos los hombros al correr estamos reduciendo la capacidad de los pulmones porque, con ese gesto, subimos el diafragma y los aprisionamos. Por eso es tan importante que la relajación esté muy presente cuando corremos.
Cuando el trabajo es poco intenso se dice que es aeróbico: el aire está presente en los procesos químicos necesarios para transformar los nutrientes en energía. Con la nariz sería suficiente.
Cuando aumentamos la intensidad pasamos a un trabajo anaeróbico: la demanda de oxígeno es tan elevada que nuestro cuerpo no da abasto. Y es cuando es necesario involucrar a la boca para respirar. Un asunto de supervivencia.
Hay una franja muy importante de trabajo mixto aeróbico-anaeróbico que es cuando empieza a producirse la sensación desagradable de agobio y congestión.
Me querría centrar en la espiración. De vez en cuando debe de ser larga -como si intentásemos empavonar un cristal con nuestro vaho- para asegurarnos de liberar del mayor porcentaje de aire sucio que queda de manera residual en nuestros pulmones. Porque nunca los pulmones se quedan vacíos del todo. Pero así, al espirar profundamente, nos aseguramos que la respiración sea más «abdominal» y el diafragma haga su labor de empuje hacia arriba vaciando más extensa y fácilmente los pulmones.
Hola Juan:
Muy interesante el artículo, pero cuidado con Expirar profundamente, porque eso sería lo último que haríamos. Mejor si eSpiramos profundamente.
Un saludo
Hola Manolo
Muchas gracias, eres un fenómeno. Aquí un amigo.
Juan
Gracias a ti por enseñarnos algo cada día.
mañana tengo carrera de 10km,seria mi primera carrera,soy de la organizacion y llevo cuatro dia sin entrenar que me aconsejais
Muy interesante eso de espirar profundamente para liberar el aire «sucio» de los pulmones. Yo soy partidario de respirar por la boca, si se hace bien, nos aseguramos que que entre mayor cantidad de oxigeno y por lo tanto conseguimos mayor rendimiento,