Emociones a flor de piel
La meta es el lugar ideal para impregnarse de todas las sensaciones -siempre contradictorias- que experimentamos los corredores durante los 42 kilómetros. Fue en 1990 cuando descubrí lo que podía sentir, al traspasar la línea de meta en una carrera demasiado larga para mis tiernos 18 años. Lo tuve claro: si quería sentir fuerte, tenía…