¿Cómo entrenar en la edad madura?

Hace unas semanas me animaron a escribir sobre las premisas del entrenamiento en una persona que haya dejado atrás sus años de juventud.

De todos es sabido que -a partir de los 40 años- las facultades físicas van mermando. Es ley de vida. Empiezas a echar de menos el cénit físico de tus 20-30 porque con esos años recuperas más y mejor si trasnochas o si te excedes. Este es el factor diferencial, la recuperación de los esfuerzos viene más lentamente en un viejo. Al día siguiente de un entreno intenso tienes que hacer uno más asequible, y de no ser así te pones en riesgo de meterte en problemas, en forma de lesiones o de sobreentrenamiento.

¿Cuántos años de práctica deportiva llevas acumulados? No es lo mismo haber empezado ahora, y de cero, que llevar una trayectoria de vida activa desde la juventud. Si tienes un corazón entrenado (no te olvides que es tu músculo más importante) podrás ir más allá que otro que haya empezado a correr en la madurez. Cada persona es un mundo y no hay cifras estándares que valgan para todos. El corredor de toda la vida tiene que saborear cómo su curva descendente es más suave porque sigue frecuentando los podios en los grupos de edad si ése era el caso. Los tiempos nunca serán como los de antes, pero no importa mucho. Se seleccionan más las competiciones, las balas son escasas y la puntería debe ser mejor.

Un adulto debería ser más resiliente (irreductible) y más equilibrado. El bagaje vital de cada uno es lo que cada uno aporta a este deporte.

El aprovechamiento de tus fracasos/éxitos personales -que los años te han aportado- has de convertirlos en habilidades y recursos psicológicos que te mejoren como corredor.

Si te parece atractivo correr será porque es un símil de tu vida. Y lo es. Tienes que gestionar recursos, adecuar medios a fines, ponerte objetivos a corto, medio y largo plazo, experimentar a las claras que siempre hay segundas oportunidades, trabajar valores como la paciencia, el orden, constancia….. e ir aumentando la empatía propia y relacional, la motivación en lo aparentemente inútil, el salir de la zona de confort como fuente de aprendizaje, el acoger renovadas ganas de vivir, de la plenitud por una vida más saludable y de creer firmemente que lo mejor siempre está por llegar.

Tu atalaya, que es la edad, hace que te veas holísticamente. El maridaje cada día más perfecto entre cuerpo, mente y alma.

El rincón de las batallitas y las motivaciones.

Rutinas adecuadas para ti, corredor de más de 40 años:

1. Los parones excesivamente largos no te sientan bien. Cuando te plantees las vacaciones deportivas estas no deberían consistir en no hacer nada, los recomienzos en parado te cuestan más.
2. Cumple a rajatabla la secuencia de día duro, día fácil. De no ser así los boletos para padecer lesiones aumentan exponencialmente.
3. El trabajo invisible de ganar fuerza y de estirar los músculos. Rutinas de acondicionamiento físico y streching.
4. Visita al fisio incluso y sobre todo cuando no duele nada. La prevención es tu mejor arma. El masaje tu amigo.
5. La progresividad en el entrenamiento es aplicable a todos pero en mayor medida a ti corredor veterano. Ten paciencia.
6. Los días de descanso total son un imperativo legal.
7. El entrenamiento cruzado (alternar con montaña, bicicleta, natación, remo, etc…) es fuente inagotable de mejora y prevención.
8. Alimentación: digestiones fáciles. A partir de los 40 el cuerpo pide más proteínas y menos hidratos de carbono. Se pierde masa muscular y por eso es importante aumentar la ingesta de proteínas. Eso sí, la semana de la competición sigue haciendo un aporte importante de hidratos que son la gasolina.
9. Tienes que competir porque te apetezca realmente. Seguramente habremos corrido por enésima vez determinada carrera. Los estímulos has que renovarlos o mutarlos en otros más razonables y motivadores.
10. Con la edad te «sobra» resistencia y las articulaciones y músculos empiezan a estar curtidas en mil batallas. Es la hora de que trabajes la velocidad, la flexibilidad y la fuerza. Entrenamientos más cortos serán incluso más provechosos.

Ver los comienzos de correr de alguien que ya es mayor me produce envidia. Su mejora es progresión geométrica (que es lo que pasa cuando empiezas) y dista mucho del que lo hace aritmétricamente. Hacer marcas personales a su edad debe ser (en mi caso es imposible ya, por eso la envidia) una gozada cuando tienes esa madurez que te hace saborearlo 100% y vivirlo como Brad Pitt en la película » El curioso caso de Benjamin Button» -que rejuvenecía conforme pasaba los años-. Estar en mejor forma física a los 55 que con 20 años, es algo que te pasará si sabes enfrentarte a tu edad con realismo y prudencia, con pasión y entusiasmo por vivir dos veces.