Una prueba de esfuerzo sirve para descartar patologías. Eso es evidente. Pero, sobre todo, sirve también para evaluar nuestro estado de forma en un momento puntual de nuestra vida y ser por lo tanto una herramienta interesante a la hora de determinar las cargas (frecuencia, volumen e intensidad) del entrenamiento. Las hay de muchos precios (de 90 a 200 euros) y, lógicamente van relacionados a los parámetros que te estudien. Las que te miden el lactato (pinchando en el lóbulo de la oreja) y tienen máscara para gases serían las más caras y completas. Hay que informarse de esto previamente para que no te den gato por liebre.
¿Qué cifras ofrecen las pruebas de esfuerzo?
1. Cifras referentes a pulso en reposo, tensión arterial, electrocardiograma, porcentaje de grasa corporal, dimensiones del corazón (grosor de sus paredes y volumen de sus cavidades) pudiéndose hacer incluso con resonancia magnética.
2. Calcula nuestro consumo máximo de oxígeno (VO2max), nuestro umbral aeróbico (UA) y anaeróbico (UAn), nuestro pulso máximo, nuestra Velocidad Aeróbica Máxima (VAM).
¿Es necesaria la prueba de esfuerzo en alguien que no hace entrenamiento variado e intenso (series o entrenamiento fraccionado)? No sería tan interesante pero para descartar patologías siempre sería conveniente. Realmente la prueba de esfuerzo da una información inestimable para, a partir de ella, planificar mejor los entrenamientos.
Empiezan midiéndote la altura y el peso, la tensión arterial, el grosor de la piel para ver tu grasa corporal tanto en brazo como en abdomen o pierna.
A continuación te hacen correr en tapiz rodante a distintas velocidades (siempre en aumento de manera progresiva) hasta que no puedas completar los 3 minutos seguidos a una velocidad predeterminada. Se te concede un minuto de recuperación entre cada serie de 3 minutos. Se suele emperzar en 9 km/h (andado) y aumentar 1 km/h hasta llegar ….a tu tope (depende de tu nivel deportivo correrás 3 minutos o «X» múltiplos de 3).
De tal manera que se calculan los ritmos por kilómetro para las distintas intensidades de entrenamiento. En el supuesto de la foto anterior y posterior, es el caso de un marchador de alto nivel de 45 años. A 6 min/Km tiene el Umbral Aeróbico (UA) (2 minimoles de lactato y 147 pulsaciones por minuto) y a 5.10 min/Km tiene el Umbral Anaeróbico (UAn) (4 minimoles de lactato y 163 pulsaciones por minuto).
En definitva, una prueba de esfuerzo es una herramienta muy interesante para determinar nuestra evolución física en el transcurso de los años. Se pueden ir viendo las adaptaciones fisiológicas producto del trabajo sistemático en los entrenamientos.
El corredor persigue mejorar en tres aspectos fundamentalmente:
a) Mejorar el Umbral de Lactato: que lo que antaño era anaeróbico pase a ser aeróbico. Es decir, que a mayor velocidad generes menos lactato. Por lo tanto, a ser más eficientes y generar menos desechos.
b) Aumentar nuestro consumo máximo de oxígeno (VO2max). El VO2 max es la cantidad máxima de oxígeno que un organismo puede metabolizar por unidad de tiempo. El volumen máximo de oxígeno en sangre que nuestro cuerpo puede absorber, transportar y consumir. Por hacer un símil automovilístico, sería la cilindrada del organismo.
c) Mejorar nuestra Economía de Carrera: es el Consumo de Oxígeno (VO2/kg/min) requerido para correr a una velocidad submáxima determinada. Cuanto menor consumo tengamos más rendiremos, de la misma manera que un camello es más eficiente en el desierto porque necesita muy poca agua para sobrevivir.
Son datos objetivos e incontestables. Para tener en cuenta uno mismo o tu entrenador.