Me da pereza tener que justificar mi hobby. Me sucede sobre todo en los meses de verano.
¿Y por qué en verano? será que en estas fechas enseñamos más carne que cuando aprieta el frío.
En la playa, la piscina o en las terrazas nos delata el bronceado de la piel. Las bermudas permiten mostrar la tonicidad de las piernas y los bañadores no pueden disimular las lorzas. El calor facilita la muestra -mejor que si fuera el polígrafo de Conchita en el Sálvame de Luxe- de la verdadera realidad.
En general, las personas sedentarias ganan vestidas mientras que los corredores ganamos desnudos. Y gracias a la desnudez, los cuerpos dejados pueden llegar a sentirse insultados sin pretenderlo nadie.

Siempre son los no-corredores los que sacan el tema de la delgadez y de las dietas porque se sentirán amenazados o interpelados a justificar su mejorable situación físico. Para ello se empeñan en hacerte sentir un obseso de tu cuerpo, un esclavo del dolor y un amante de lo raruno. Necesitan defenderse porque tu sola presencia la ven como un ataque.
Su caparazón les disgusta y su salud se resiente.
Pero ser un pesado hablando de los beneficios de correr es un riesgo que no estoy dispuesto a asumir. No quiero ser un vendedor de enciclopedias en puertas frías. Y menos en verano.
Para ellos correr con calor es un atropello, limitar la ingesta de alimentos y bebidas alcohólicas es asocial…todo con tal de salir airosos en la comparación con sus vidas blandas y acomodaticias en hábitos, horarios y aficiones.
Los médicos debieran prescribir ejercicio físico como si fuera -y lo es- la única y más certera medicina. El movimiento es vida y de la buena. Hemos sido diseñados para movernos y mucho. La obesidad mata, las aguas remansadas se pudren.
Los corredores somos coherentes con nuestro chasis. No nos engañamos y sabemos diferenciar el veneno inevitable de la dosis que sí es voluntaria.
Vivimos en una casa mínimamente amueblada pero confortable, pizpireta y reconocible. Es nuestro acogedor hogar con chimenea, un remanso para después de nuestras mil batallas.